PRIMERA ETAPA DE LA
CERÁMICA DE POSGUERRA
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El 22 de febrero de 1938 termina
la Batalla de Teruel. La ciudad está destrozada en un 75% de su casto histórico.
Tres de cada cuatro casas destruidas, la población había sido evacuada… el
paisaje es desolador. Hay que empezar de cero, se ensanchan las calles y
algunas iglesias y edificios singulares desaparecen para siempre (la Casa del Capítulo).
Se desescombra echando las enrunas en la
Ronda y en el Ensanche. En San Julián hay que poner las fábricas de ladrillo a
trabajar a toda máquina. Sólo con observar la plaza de San Juan se puede
apreciar la cantidad de ladrillos y tejas que hubo que fabricar. Por esa razón,
este primer periodo de la cerámica decorada, el que va de 1939 hasta 1950 es de
desarrollo lento, pero muy importante. Hay que recuperar el oficio, volver a
descifrar los minerales que dan pigmentación a las vasijas. Hay que probar
colores, texturas… tirar muchas hornadas y los tiempos no estaban para perder
el tiempo. Por todas esta circunstancias, este periodo es de singular importancia y merece un estudio
más serio que el que aquí hacemos. Con todo, superada la autarquía en España e
iniciada la primera fase de la estabilidad económica, la cerámica está lista
para despegar. Será en la década siguiente cuando se sienten las bases
definitivas de lo que va a ser esta actividad. Mitad artesanía, mitad artística.
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