Resulta sorprendente que en una ciudad
como Zaragoza, apellidada la “Inmortal” y, además, “bimilenaria”, se refleje ese complejo de inferioridad aragonés,
ese pudor incomprensible por los símbolos históricos de sus más rancias
instituciones. Tal es así, que se ha retirado del frontispicio de las Cortes de
Aragón el escudo “oficial” de la Comunidad Autónoma Aragonesa, para colocar un jeroglífico
que nadie sabe a que fin viene ni qué sentido tiene. Al parecer, la culpa de todo la tiene la batalla de Alcoraz y la
muerte de cuatro reyes moros cuyas cabezas adornan el cuartel que divide la
cruz de san Jorge. Seguro que muchos diputados maldicen la hora en que se ganó
aquella batalla histórica. Mejor hubiera sido hacer una ONG en plena Edad
Media. Resulta ridículo ver los complejos de unos diputados a los que se les excusa
su más elemental formación cultural. Por lo visto, y a tenor de lo que
observamos en la iglesia de Santa Ysabel, no sería nada sorprendente que
cualquier día, algún diputado “listo”, nos saliera con una proposición “no de
ley”, que son las que marcan pauta, y mandara derruir la citada iglesia. Una iglesia de las que atentan a la sensibilidad de unos diputados ociosos, pero
atentos a florituras y al entretenimiento de los medios de comunicación. No hay
que tener complejo de nuestra historia, por el contrario, hay que valorarla y
aceptarla. Nosotros que no mataríamos ni una mosca deseamos que el escudo de nuestra
Comunidad Autónoma vuelva al sitio que le corresponde. Si no tenemos referentes
estamos perdidos. Hace pocos años entregamos parte de nuestra lengua a los
catalanes, sin el más mínimo complejo. ¿Han escuchado atentamente o de pasada la
letra del himno de Cataluña?, bueno, para asustarse. ¡Pídales usted a los
catalanes que lo cambien!
"¡Buen golpe de hoz!
Buen golpe de hoz, ¡defensores de
la tierra!
¡Buen golpe de hoz!
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*
*