DE TURISMO POR LA INMORTAL
Sábado, 18 de mayo, la tarde
estaba húmeda y lluviosa. Bajo el paraguas, decidimos hacer “turismo” por el
casco viejo de Zaragoza. Tomamos el tranvía a la altura del Miguel Servet (ese
gran sabio aragonés) y lo dejamos en el Mercado. Recorrimos toda esa zona
monumental que comprende, también y de forma esencial, el Pilar. Primero
visitamos la iglesia de Santa Ysabel, esa tarde había boda, por ello pudimos entrar
entre los invitados y curiosear un poco. A la salida vimos la placa en recuerdo
de Mariano de Cávia Lac, ilustre periodista, en la plaza de El Justicia. Las
callejuelas nos llevaron por palacios renacentistas, museos como el Camón Aznar
o la iglesia barroca de Santa Cruz. Arreció la lluvia y, en la calle Alfonso,
brillaron los charcos de agua reflejando los vivos colores proyectados por las
luces de neón. Entramos en el café Zaragoza mientras en la calle, ajenos a la
lluvia, las charangas anunciaban las bodas del día con música e indumentaria
esperpéntica. Acudir al Pilar es obligado. Nadie sabe por qué pero siempre
entramos un momento, damos una vuelta a la capilla de la Virgen y tornamos a
salir. Si no lo haces da la sensación de que no has estado en Zaragoza. La
calle don Jaime también estaba muy animada. Por el palacio de Sástago la tarde
oscurecía y volvimos a tomar el tranvía. Quedamos en volver a visitar el camón
Aznar a fondo. Es un museo de Ibercaja que contiene el patrimonio de la Sociedad
Aragonesa de Amigos del País. A Honorio (de Santa Eulalia) le dieron este año,
para San Jorge, una medalla en representación de tan rancia institución. Mucho
debe Zaragoza a Teruel en la obra del Pilar. El milagro de Calanda que posibilitó
la empresa y los dineros de Alcañiz para las obras de la basílica del Pilar. ¡Nunca
se reconocerá! Zaragoza traga, es madrastra y deja xuto al resto de Aragón.
Cuando no hay misa en el Pilar, nos sentamos delante del retablo del alcorisano
Damián Forment y pasamos buenos ratos admirando la belleza de sus tallas en
alabastro. Un placer que nos da gratis la Inmortal.
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