30 de Enero.
Día Escolar de la Paz y la No Violencia
*
También había una escuela
y en ella un maestrito elemental.
La pizarra era un tanque destrozado
donde aprendían la palabra “paz”.
Bertolt Brecht.
*
*
PINCHAD AQUÍ:
http://miscelaneaturolense.blogspot.com.es/2011/01/enero2011miscelanea-30-de-enero-dia-de.html
De niño vivía en la calle de La Paz (rebautizada Temprado) de Teruel, luego me hice mayor y me compré este libro de poemas de Bertolt Brecht. Esto fue en el año de 1972. El alemán (luego lo supe) había muerto cinco años después de que yo naciera. A él no le gustaban los soldados alemanes y a mí, en mi adolescencia, me resultaban fascinantes. Mi casera, Pura Cordobés, tenía el ático lleno de revistas de la época de Hitler. Terminamos, sin pretenderlo, en el mismo bando, en el bando de la Paz. También la ciudad de Teruel, yo no la conocí, pero sufrió una terrible batalla entre el 15 de diciembre del 37 y el 22 de febrero del 38. Así que el XX, fue uno de esos siglos que dejan su enorme mancha de sangre en las páginas de la historia. Aprendí leyendo sus poemas que da igual llamarte Bertolt que Chusé, ser blanco o negro, hombre que mujer... Hay un valor superior, un ideal añorado por la humanidad desde sus inicios, se trata de LA PAZ. Ahora, para febrero, celebramos en Teruel una historia de Amor que es muy parecida a la palabra Paz. Ese Amor de los Amantes también estuvo mediatizado por la guerra, pero al fin triunfó, como debe triunfar siempre, La Paz/El Amor. Hoy hay guerras en todo el mundo, por el poder, por el petróleo, por la codicia, por la sinrazón. Los niños deben saber que sólo hay un camino: La Paz. Y, puesto que nuestros gobernantes no son todo lo honestos que debieran, en este día hay que sacarles lo colores y decirles que el único camino es LA PAZ. Yo, como ya os decía, de niño vivía en la calle de La Paz, una calle a la que luego le pusieron el nombre de un bravo soldado, pero este soldado luchaba por La Paz, al menos eso me han dicho. Sin embargo yo creo, en mi ignorancia, que para luchar por La Paz lo mejor es hacerlo al estilo de Gandi. Quizás me equivoque, porque yo no soy una persona muy culta, pero confío más en la palabra de Gandi que en la de esos militares llenos de insignias y medallas metálicas en su uniforme. Quizás yo sea un ingenuo o un ignorante, no me hagáis mucho caso pues, como os decía, viví y aprendí lo poco que sé en la calle de La Paz, en la Ciudad de los Amantes.
*