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domingo, 6 de enero de 2013

Enero2013/Miscelánea. LA TORRE DE LA CATEDRAL

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LA RESTAURACIÓN DE LA TORRE
Si todo se cumple como se ha prometido, este año del 2013, se restaurará la torre mudéjar de la Catedral de Teruel. Con ello se cerrará un importante círculo de restauraciones entorno al "MUDÉJAR DE TERUEL, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD".  Santiago Sebastián dice que, la torre de la Catedral, es la más antigua de Teruel, aunque modernas investigaciones señalan  que San Pedro, datada por el método de termoluminiscencia, daría unas fechas de construcción entre (1103-95). También, el de Villarquemado señalaba la necesidad de retirarle el último tramo a la torre, añadido en el siglo XVII.  Aparte de purismos, propios de los especialistas, nos hemos acostumbrado a verla así. Para nosotros esa es la estampa que debe pervivir.
LA TORRE DE LA CATEDRAL DE TERUEL
Por Santiago Sebastián
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Es la más antigua de las torres turolenses, ya que se empezó durante la judicatura de don Juan de Montón, el año 1257 (1). Fue adosada al primitivo templo de Santa María  y, como aquel, se hizo en románico de ladrillo. Tiene planta cuadrada y, según las características de todas las torres medievales de esta villa, da paso a una calle bajo su bóveda de cañón agudo de tres arcos perpiaños. Toda ella es de ladrillo, salvo el basamento y esquinales, que son de piedra, como en los campanarios de Daroca, formando con el ladrillo una combinación plástica de marcado efecto cromático. Se ha dicho que España es el país de las torres, y, como Teruel, ninguna ciudad puede ofrecernos un conjunto de volumétricas formas tan regularmente aristadas en su perspectiva urbanística. Manos humildes de alarifes moriscos arrancaron al mioceno turolense estas puras geometrías que son el mayor ornato de la villa.
Estudiada de abajo arriba, se aprecian tres cuerpos muy desiguales. El primero está hecho con piedra de sillería, pero desde la altura del arranque del arco de la calle es de ladrillo aparejado a soga; no tiene más decoración que una faja de esquinillas, entre las cuales se han colocado columnillas de cerámica.
El segundo cuerpo tiene los esquinales de piedra, en aparejo mayor y menor alternados, entre los cuales hay colocados platos de cerámica verde vidriada. En sentido ascendente hay primeramente una arquería ciega, con arcos de medio punto entrecruzados, que está decorados con róleos incisos de matiz románico; tanto los arcos como las columnas son de piedra; entre ellas hay intercalados platos de cerámica. Sigue una faja de esquinillas y columnas tripartitas de cerámica. Más arriba, un arrabá encuadra a dos ventanales gemelos, con arcos de medio punto escalonados y adorno de columnillas de cerámica. Continúa otra faja de esquinillas más grande que la anterior con columnillas cuatripartitas de cerámica. Luego vienen tres frisos de azulejos cuadrados, colocados a pico, en los colores verde y negro. De nuevo, otra faja de esquinillas partida en tres zonas. Por último, una línea de platos de cerámica verde y la cornisa de separación.
El tercer cuerpo, o campanario, carece de esquinales pétreos; todo es de ladrillo, menos los maineles o columnas de los ventanales, típicamente románicos. Primeramente hay tres líneas de azulejos cuadrados, colocados a pico; como la iglesia de Santiago de Daroca, ostenta sendos pares de ventanas, en dos zonas, con manchón central de separación. Estos ventanales están inscritos bajo arrabá y amainelados, con arcos trasdosados por línea de platos de cerámica; predominan los colores negros y verde melado, que acentúan la policromía del conjunto. Este material decorativo tiene elevado interés por ser la primera vez que se usa en España con tal fin, lo mismo que en los campanarios de Daroca. TORRES BALBÁS opina que responde a un influjo bizantino, llegado a Aragón a través de Italia (2). Una línea de azulejos a pico y de platos de cerámica, en alternativa, sirve de remate. Tras de una cornisa seudo clásica se laza el último cuerpo, que es una linterna octogonal, probablemente adición del siglo XVII; este tardío aditamento debería ser derribado, ya que es un contrasentido artístico.
(1)  NAVARRO ARANDA, M., La arquitectura mudéjar de Teruel. Revista Teruel núm. 10. pág183. Teruel, 1953.
(2)  TORRES BALBÁS, L., La iglesia de Santa María de Mediavilla. Archivo Español de Arte. Madrid, 1953. La arquitectura mudéjar en Aragón. Archivo Español de Arte. Madrid, 1952.
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La torre sin el añadido del siglo XVII.
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