MONREAL DEL CAMPO, NUDO DE
COMUNICACIONES
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Cada civilización que ha ocupado la
península Ibérica ha trazado su red de comunicaciones en mayor o menor medida.
A Monreal la situaron en el mapa de las comunicaciones peninsulares los romanos
al construir la Vía Romana Cesaraugusto-Laminio. Convirtieron este valle, desde
Luco hasta Cella, en una vía de transito bien organizada en la que
establecieron: pantanos (Villafranca), mansiones (Care, Albónica...), ciudades (La Caridad),
acueductos (Albarracín-Cella), molinos harineros y batanes para la forja del hierro de
Ojos Negros. Pero, Monreal no será núcleo destacado por su función militar
hasta Alfonso I el Batallador. Mientras, se van los romanos y llegan los árabes,
y la vía se va desdibujando. Estos últimos (los árabes/musulmanes) cambian la forma de comunicarse, se vuelve a la herradura. Las caravanas
marchan de Valencia a Zaragoza siguiendo los cursos de los ríos. Por esa razón
la batalla de Cutanda/Qutanda, ya con Alfonso I de Aragón, tiene lugar en la ruta de las
caravanas. Teruel es definido por esta ruta que marcha por el Turia al Alfambra, al Pancrudo, luego a la Huerva y, siguiendo este curso (hay un pequeño desvío por el río Frasno: Encinacorba, Cariñena, Longares y Muel), a Zaragoza.
La Reconquista aragonesa cambia de
nuevo los parámetros del poblamiento y de las comunicaciones. Mientras que los
árabes son gente del valle y de comercio, los conquistadores que bajan del norte y los
celtíberos nativos son pastores y ocupan toda la serranía. Los cristianos
llegan por el Jiloca hasta Monreal y de aquí giran por Bueña al Campo de
Visiedo y desde Visiedo por Alfambra a Teruel.
En Monreal se juntan, pues, por un
lado la ruta de la Lana que se saca de las Comunidades aragonesas (Calatayud y
Daroca) más la que viene de Molina de Aragón con, la otra ruta vertical ya
descrita, que luego se llamará Camino Real.
Con el paso de los años y de los
siglos la importancia en las comunicaciones de Monreal debería haber crecido,
dado que, la comunicación entre Madrid y Barcelona y, entre Madrid y Zaragoza, tiene por aquí su punto más óptimo. Para
atravesar el Sistema Ibérico el mejor punto son las Parameras de Molina. Por el
contrario, el tramo actual, que sigue otros intereses, discurre por lo más
abrupto del Sistema Ibérico dando lugar a múltiples problemas de comunicación.
Actualmente, la Autovía Mudéjar confirma
la serie de caminos y rutas que atravesaron el valle (Vía Romana, Camino Real,
Carretera Nacional), sin embargo, la autovía tardó en llegar y no ayudó al
desarrollo económico, por otra parte, el ferrocarril lleva años de decadencia y
progresivo deterioro.
El eje transversal actualmente está
definido por la carretera N-211 que es eje alternativo a la Radial N-2 de Madrid
a Barcelona. La Nacional-211 arranca de Alcolea del Pinar y pasa por Molina de
Aragón, Monreal del Campo, Alcañiz, Caspe y Fraga y con su trazado resuelve de
la mejor manera el paso del Sistema Ibérico.
Actualmente la conversión de la N-211
en autovía es una demanda de Castilla La Mancha y de Aragón, además, serviría para
vertebrar gran parte de la provincia de Teruel, enlazando desde Montalbán con
la A-40 procedente de Cuenca.
Este necesario eje de comunicaciones
es una demanda permanente de Teruel y una sordera total por parte de los
distintos Gobiernos centrales. No se hace Política de Estado y solamente, cada
Comunidad, insta al Gobierno central para que “riegue” su “corro”. Así nos va…
y esto no lleva marcha de mejorar, en absoluto.
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