A ZOFRA
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La palabra zofra, según la RAE, es de
origen árabe y tres son sus significados. El primero, que desconocíamos señala
que es un tapete o alfombra morisca. El segundo significado, aprendido desde
niño, se refiere a la correa ancha que pasando por la silla del macho sujeta
las varas del carro (a la zofra se le opone la barriguera). El tercer significado,
también de uso local, va precedido de la
preposición [a] y se refiere a una tarea comunal: trabajo [A ZOFRA]. En el
área turolense suele llamarse trabajo [a
concejo] y, también, en algunos lugares [a vecinal]. En esencia, son trabajos
para la comunidad que se repartían por fuegos o por vecinos.
Tras la Guerra de los Dos Pedros,
Pedro IV de Aragón mandó fortificar toda la parte occidental del reino y en Teruel,
plaza fuerte, mandó hacer aljibes para poder resistir en un momento determinado
un hipotético ataque enemigo. Los aljibes se mantenían operativos con agua de
lluvia, pero también mediante la colaboración de los vecinos subiendo agua del
Turia A ZOFRA. Es decir, que cada día un vecino daba el jornal a la comunidad.
En la época renacentista la ciudad
encarga a Pierres Vedel la construcción de un acueducto que traería el agua
desde la Peña el Macho hasta todas las plazas de la ciudad. Tan magnífica y majestuosa
obra tenía varios inconvenientes ajenos a la misma.
El primero era el acuífero en sí, de muy poca
potencia y que no se supo incrementar su caudal con nuevas captaciones en
dirección a Corbalán y la Baronía. Por tal razón había periodos del año que se
secaba o, su caudal, era tan escaso que no cumplía para el fin determinado. Entonces
volvían a ser operativos los aljibes y de nuevo se ponía en marcha el trabajo A
ZOFRA.
El segundo problema provenía de que,
la mayor parte del tiempo en que funcionó
la traída de aguas, fueron los siglos XVII, XVIII y XIX (el acueducto funcionó
hasta la posguerra civil) que corresponde
a la llamada Pequeña Era Glacial. Tiempos de clima extremo y de heladas persistentes.
De tal manera que al invierno se helaba el el agua del acueducto y, durante el estiaje, se
secaba. Y de nuevo, había que recurrir al río, ya sea A ZOFRA o, cada vecino por
su cuenta.
Por esta razón, la ciudad, llegados a
principios del siglo XX decidió poner remedio al problema de abastecimiento de
agua a la ciudad y al mismo tiempo llevarla a las casas. Se hicieron los pozos
en la carreta de Cuenca (junto al río) y se llevó la corriente eléctrica desde
Carburo (muy próximo). Se subió, pues, el agua hasta el depósito del cementerio
y así comienza la modernización de este servicio tan necesario, sino
imprescindible.
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Escudo de la ciudad de estilo modernista
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Depósito de aguas y panel informativo.
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Punto de elevación de aguas en los pozos de la carretera de Cuenca, todavía en servicio.
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Vista general del depósito del cementerio. Restos de la primera traída de aguas, la de Pierres Vedel y puente de la Vía Perimetral de Barrios.
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