EL FASCISMO / EL NAZISMO
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El fascismo es una ideología política y una estructura social que nace en
Italia con Mussolini. Si las sociedades contemporáneas se caracterizan por
eliminar la monarquía absoluta (Rey de España por la gracia de Dios) y dar el poder
al pueblo: el pueblo es soberano. El fascismo es todo lo contrario, el fascismo
es ir en sentido opuesto de la historia: “Coloca al Estado en el lugar de Dios”.
En las sociedades tradicionales siempre se situaba a Dios en la cúspide de la
pirámide social de modo que, esta última instancia, condenaba o bendecía los
actos de los hombres. El fascismo, no. Al estar en el lugar o referente de Dios,
no tiene y, no se le imputa, moralidad a sus actos. El fascismo llega a su
culminación con el nazismo (nacional-socialismo).
De esta manera el fascismo /nazismo unido a una fuerte disciplina militar
y una propaganda maléfica llega, sin pudor, a eliminar pueblos o etnias: judíos,
gitanos, negros o enemigos ideológicos… No siente ningún remordimiento porque
se consideran los artífices /creadores de una nueva sociedad.
El franquismo no es fascismo. Son de distinta naturaleza. Franco conserva
la estructura de la vieja sociedad: "Caudillo de España por la gracias de Dios".
Independientemente de la calificación de los actos, el franquismo tiene por
aliado a la Iglesia Católica, ya que es de los pocos Estados que lo respaldan.
Bien es verdad que en el seno del franquismo hay un partido fascista que es la
Falange pero, también, hay uno partidario del viejo régimen, el Partido
Carlista. Franco los junta y forma el Movimiento Nacional, una unión destinada al fracaso más absoluto.
Franco no creó doctrina y su compromiso fue siempre restaurar la
monarquía, una nueva monarquía que llamó del “18 de julio”.
Aquí no estamos hablando de la naturaleza violenta del régimen dictatorial
de Franco sino de su naturaleza ideológica y ésta, no es fascista. Muerto
Franco, murió su régimen, porque no había doctrina. Blas Piñar con Fuerza Nueva
intentó su pervivencia y fracasó rápidamente.
Para Hitler, matar a 6 millones de judíos no le causaba ninguna preocupación.
La moralidad de los actos la dictaba él como un nuevo Dios. Para justificarse “compró”
la filosofía de Friedrich Nietzsche: “DIOS HA MUERTO”.
Él, era ahora, el CREADOR de un nuevo orden mundial. Un nuevo DIOS. Una
locura que sumió a la humanidad en un baño inútil de sangre.
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