PIE DE FOTO
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Estos días hay en la prensa local y regional, un goteo de noticias sobre
el arreglo de la línea férrea entre Zaragoza y Sagunto. Un día Adif saca a contratación
el balastro, otro día las traviesas, al siguiente los raíles, ítem más, las
subestaciones para la electrificación de la vía… y así un rosario de prolegómenos,
desde luego necesarios pero agotadores. La gente piensa, bueno, parece que ahora sí que van a
hacer alguna chapucilla. De todas manera y vistos los antecedentes, no es para fiarse y hasta que la obra no esté terminada nadie da nada por hecho. Pero, sobre todo, la gente tiene miedo al
cambio de gobiernos y de políticas porque, por un instante, todo se paraliza. Somos muy dados a tirar por la borda el
trabajo del antecesor en el cargo, este bien o mal hecho. Así que, en Teruel, ver una obra
acabada es un calvario, un desasosiego y... ¡un milagro!
Pero, viendo la pasmosa lentitud de los actuales gobernantes, alguien me susurra al oído: "Los del PP, sin embargo, no morirán de cornada burro". Todo fue apuntar, anunciar, señalar, prometer... pero no salió ningún tiro de la escopeta. Con razón le llamaban a Rajoy don Tancredo. ¡Desesperante! Y, con más razón, dicen algunos que Job nació en Teruel.
Pero, viendo la pasmosa lentitud de los actuales gobernantes, alguien me susurra al oído: "Los del PP, sin embargo, no morirán de cornada burro". Todo fue apuntar, anunciar, señalar, prometer... pero no salió ningún tiro de la escopeta. Con razón le llamaban a Rajoy don Tancredo. ¡Desesperante! Y, con más razón, dicen algunos que Job nació en Teruel.
¡Mecachis en la marecita!
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