Alfonso I de Aragón, dibujo de IÑAKI
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PIE DE FOTO
Prácticamente 90 años después de la caída del
Califato de Córdoba (1031) la Batalla de Cutanda (1120) es, sin ningún género de duda,
el punto de inflexión de la Reconquista aragonesa. A partir de aquí ya nada
será igual y, los “moros”, inician un
progresivo declive que a nivel español se verá confirmado en la batalla de Las
Navas de Tolosa (Castilla, Aragón, Navarra y Portugal, año 1212).
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LA BATALLA DE CUTANDA
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17 de junio 1120
Alfonso I de Aragón
Versus
Ibrahim ibn Yusuf
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Apoyan a Alfonso: Aragón, Navarra y Guillermo IX
el Trovador, duque de Aquitania.
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Apoyan a Ibrahim ibn Yusuf (almorávides), fortificándose
previamente en Molina de Aragón: Lérida, Murcia, Granada, Valencia y Sevilla.
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El próximo año va a conmemorarse el 900
aniversario de la batalla de Cutanda / Qutanda, hecho fundamental en la
historia de Aragón y suceso todavía pendiente de investigación. Todavía hay
muchas incógnitas sobre esta batalla tan singular. Dado que en la Reconquista
hubo pocas o muy pocas batallas de este calibre, es preciso estudiar en profundidad,
la de Cutanda. De especial relevancia es el papel que jugó Molina de Aragón y
el hecho de que en 1129, nueve años después, Alfonso conquiste Molina y refuerce
el Eje-Molina-Monreal (del Campo). Vista la experiencia anterior, este eje
debería servir de protección a la Zaragoza ya cristiana y de acicate hacia
levante. Aunque, luego, esta plaza pierda protagonismo a favor de Teruel fundada en 1171 como cabeza de puente hacia Valencia. Otra cuestión no despejada es el hecho de
que ambas tropas se encontraran en Cutanda y no en algún otro punto del valle.
Había dos caminos a Zaragoza desde Molina-Monreal. Uno, la vieja Vía Romana
Cesaraugusta-Laminio y, otro, la Ruta de las Caravanas que seguía el curso de
los ríos: Turia, Alfambra, Pancrudo y La Huerva. Al desarrollarse la batalla en
Cutanda estamos más inclinados a pensar que los almorávides decidieron tomar la
ruta árabe para llegar a Zaragoza y en ese punto fueron interceptados por los
cristianos.
Pero sin duda, de estos asuntos y, de otros más
singulares, nos darán noticias frescas en las próximas publicaciones el Centro
de Estudios del Jiloca.
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