EL CUENTO DE NUNCA ACABAR
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La incapacitación para el comercio del puerto de Valencia por culpa de los corsarios (musulmanes) hasta mediados del siglo XIX, ocasionó la creación de la Ruta de la Lana atravesando los puertos de: Cabigordo (pilones), Sollavientos (pilones), Villarroya y Cuarto Pelado (pilones), hasta llegar a la costa por Vinaroz. Durante los siglos XVII y XVIII la producción y exportación de paños fue la riqueza de Teruel. El siglo XIX y las guerras carlistas, así como la aparición de nuevas fibras acaba con la riqueza textil de Teruel. Para entonces ya principios del siglo XX, liberados de la presión musulmana, se empieza a potenciar el puerto de Valencia con un ferrocarril que pasas por un territorio en franca desintegración económica, pero que tenía como objetivo alcanzar Francia e Inglaterra.
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El 2 de abril de 1933 queda
inaugurado el tramo ferroviario Caminreal-Zaragoza. Anteriormente, el día 21 de
febrero de 1915 quedaba perforado el túnel del Somport. Todo comenzó, sin
embargo, en el año 1901 con el Central de Aragón que uniría Calatayud con
Sagunto y de aquí seguiría ya a Valencia. Así pues en 1933 se acorta el camino
de un ferrocarril que ya unía Valencia con París. Desde Santander se proyectaba
otro ferrocarril (Santander- Mediterráneo) pues a Santander llegaban y llegan
los ferrys procedentes de Plumouth (RU). De esta forma Valencia conseguiría
unirse por ferrocarril con Londres y París. De haber funcionado esta Y (griega)
la situación y el desarrollo del puerto de Valencia habría sido diferente a la
actual. Otro problema añadido para el puerto de Valencia fue el hecho que don
Ramón de la Sota (1907) llevara su hierro a Sagunto y lo descargara en un
puerto propio. Valencia dejó de cobrar los aranceles de carga y flete. La falta
de una burguesía valenciana con visión para el comercio y los negocios fue
capital para el fracaso de los proyectos de comunicación y transporte del
puerto, punto esencial, para el desarrollo y el comercio. A todo esto hay que
añadir que hasta mediados del siglo XIX la costa levantina está sin desarrollar
por el acoso constante de los piratas berberiscos. Es a mediados del siglo XIX
cuando EEUU, Francia (coloniza Argelia) e Inglaterra (colonias en oriente medio)
acaban con la piratería que era una pesadilla para España desde hacía cientos
de años, basta recordar Lepanto.
Mientras, el puerto de Barcelona,
ya era un importante centro comercial desde principios de la Edad Media y los
reyes de la taifa Zaragozana acudían a este puerto cuando llegaban barcos, para
proveerse de esclavos, especias, tejidos y artículos orientales. La burguesía
catalana lo es esencialmente barcelonesa y ligada estrechamente al comercio del
puerto marítimo. Desde principios del siglo XIX se tiene conciencia de los
problemas que crea la burguesía de esta urbe. El general Espartero llega a
decir que, “para que España funcione bien, hay que bombardear Barcelona cada 20
años.” El general Prim, que es catalán de Reus, también la bombardea ("la faja o
la caja", dice). Más recientemente la burguesía catalana despide al general
Primo de Rivera en la estación del ferrocarril cuando marcha a Madrid para
hacerse cargo de un periodo dictatorial de la historia de España. Como
comprenderá el lector, esta burguesía no está dispuesta a que el puerto de
Valencia le haga la competencia.
El Santander-Mediterráneo está
inconcluso en 8 kilómetros y en otros tramos las vías levantadas (Calatayud -Caminreal). El túnel del
Somport cerrado sine-díe y el AVE que nos comunica con Francia pasa por
Barcelona y por las cuatro capitales catalanas. Así andan las cosas y además
pidiendo la independencia. Si la corrupción resulta insoportable, el lobby
catalán nos condena al subdesarrollo por la falta de comunicaciones.
“La zorrilla” es una mesa sobre
ruedas que tenían en Caminreal, luego pasó a Teruel y la presidenta de Renfe,
la famosa Mercè Sala, por obra y gracia de “porque a mi me da la gana” se la
llevó a Tarragona. Es una anécdota que esconde el verdadero problema de una
constante presión de Cataluña sobre el territorio circundante para evitar su desarrollo
y tener el control de las comunicaciones.
Cualquier ciudadano ve con
pesimismo la apertura de comunicaciones por el pirineo central: desde el túnel
carretero, que sólo sirve para quitarse los catalanes las mercancías peligrosas,
hasta el ferroviario, aplazado año tras años en una constante y verdadera
tomadura de pelo.
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"LA ZORRILA"
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En el ferrocarril minero Ojos Negros-Sagunto,
a este tipo de vehículos lo llamábamos: “La Mesilla”. Se trataba de un tablero cuadrangular regular
que se anclaba sobre los dos ejes de las cuatro ruedas con que circulaba por
las vías del tren. No tenía las palancas con las que se articulaba la del
Central de Aragón y solamente tenía en el tablero, sobre una rueda, una agujero
cuadrado por el que se metía un palo para frenar mediante rozamiento en la rueda.
Si circulando por la vía venía un tren en cualquiera de los dos sentidos, sólo
cabía parara y desmontar “La Mesilla” que constaba de tres piezas: el tablero y
dos ejes con sendas ruedas. Mi primer viaje con un año de vida lo hice en una “Mesilla”
entre las estaciones de Almohaja y Cella. Luego la he utilizado bastante entre
Cella y la Estación de Los Baños en la huerta nueva de Teruel.
Vehículos como “La Zorrilla” los
he visto después en varias Películas del Oeste Americano, si éstas trataban de la
construcción de los grandes ferrocarriles de la parte occidental de ese país.
Así que es un aparato bastante universal y que tuvo su uso para aproximar a
determinados puestos la mercancía precisa si ésta, era en poca cantidad y el
trayecto corto.