En CALANDA venden cozios
en ALCORISA pucheros.
En LIBROS hacen serones
y en TRAMACASTIEL, los cestos.
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El del Tramacastiel es un
regalado valle regado por el río del mismo nombre y en cuyos márgenes, en otros días, se desarrolló la vida
con mayor vitalidad que en la actualidad. Es una villa, como decimos, antaño próspera y en la que se conservan un buen manojo de elementos etnoculturales, los cuales
veremos con más detalle en próximos capítulos. De los dos textos que
adjuntamos, uno de Antillón y gentiliza de Guillermo López y, otro, el
cotidiano en estas páginas del Madoz, puede observarse la diferencian no sólo
en el estilo sino en la proyección sobre el futuro que ofrece uno y otro. El
Madoz se remite a rellenar una plantilla y constatar lo que ve. El de Isidoro (Santa Eulalia del Campo) es ya, el texto de un Ilustrado, que ve al hombre y su entorno en posición dinámica
y ofrece posibilidades de desarrollo y de crecimiento a través del conocimiento de las cosas. Hace también crítica, desde
luego, con la intención de corregir y aprovechar mejor las posibilidades que
ofrece la naturaleza. El de Antillón marca el final de un periodo próspero de
nuestra historia y el de Madoz avanza las dificultades de una época complicada
y turbulenta de nuestra historia reciente.
En la actualidad Tramacastiel, en
lo que respecta al caserío, puede decirse que está cuidado y mantiene un
elevado número de casas rehabilitadas y habitables. Recostado en la falda de la
montaña en cuya cima está el castillo, sus calles se perfilan en las curvas de
nivel que marca el terreno. La iglesia se encuentra ya, en terreno llano, así
como los demás servicios deportivos y educativos (estos últimos,
desgraciadamente ya cerrados). Hermoso río, frondosa huerta, atractivos paisaje
de pinares que junto al romero y otras aromáticas hacen de su término un parque
natural digno de visitarse. Ha desarrollado también, Tramacastiel, junto a una
hospedería un red de senderos y un camino de peregrinos de interesante
atractivo (Camino de la Vera Cruz).
La villa, como población que fue
de señorío, no desarrolló edificios de fachada señorial y colma todas sus
aspiraciones en el campo de la arquitectura, en una magnífica iglesia barroca
con restos góticos que está en trance de ser pintada. Luego que se haga sobresaldrán
los magníficos estucos que la adornan.
En tan entrañable y encantador rincón
provincial, planta cebollino en su huerto, engrasa y da cuerda al reloj de la
torre, arregla el Cubo y pone ansas a las ollas, entre otras chapucillas
menores, nuestro amigo Guillermo de grata conversación y mejor bodega.
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TRAMACASTIEL VISTO POR ISIDORO DE ANTILLÓN EN SU OBRA”DESCRIPCIÓN DEL
PARTIDO DE ALBARRACÍN EN 1795”
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A legua y media del Reino de
Valencia, y siete de la ciudad de Albarracín, se halla situada la villa de
Tramacastiel, en la falda de una montañuela, sobre cuya cima se descubren
vestigios de fortaleza. Su término es parte montuoso y fuerte, y parte arenoso,
cuyas diversas calidades lo proporcionan para varias producciones. Su longitud
es de tres leguas, y de una su latitud. En su hermosa, aunque estrecha vega,
regada por un caudalosos riachuelo,
además de la
col, lechuga, bróculi, ajos, cebollas
y todo género
de hortalizas, se
cultivan otros frutos,
a cuya madurez ayuda mucho lo templado del clima; es a saber adaza,
panizo negro, mijo, garbanzos, judías, melones, calabazas y pepinos.
En ella y lo secano del término
se cogen 3.000 fanegas de trigo, 240 de cebada, 300 de avena, 200 arrobas de
cáñamo, y 400 cántaros de vino. Esta última cosecha, en siglos pasados se
extendió a 6.000 cántaros, y ahora podría también llegar a este grado si los
vecinos pusiesen en cultivo las vertientes de las montañas que antiguamente lo
estaban. Las cosechas de uva de parra sólo ascienden a 600 arrobas. Una morera
y un olivo que hay por casualidad en la vega de este pueblo acusan sin cesar el
descuido de los vecinos en no dedicar sus tareas a alguno de estos dos
lucrosísimos ramos, a que naturaleza los convida. Hay 2.000 cabezas de ganado
lanar, 1.000 de cabrío, y 100 de vacuno. La labor se hace con mulas. Se crían
algunos árboles frutales, como nogueras, manzanos, cerezos, perales, etc. Las
guindas son muy sabrosas. Los almendros ofrecen proporción para multiplicarse;
y las carrascas que hay en la vega son tan especiales en su bellota, que para
el plantío que años pasados se hizo en la Real mina de azogue del collado de la
Plata se transportaron de aquí. Es preciso aumentar los chopos y demás árboles
de ribera para contener las irrupciones del río, que son frecuentes.
El vecindario asciende a 90
contribuyentes. Se ha disminuido mucho, ya
por las frecuentes
emigraciones al Reino
de Valencia, ya
por una enfermedad de tabardillo
que en años pasados infestó al pueblo. No hay industria; bien que la lana y
cáñamo, junto con la proporción de las aguas, la ofrecen para varias artes. Los
niños tienen un maestro que para poderse mantener necesita ejercer los oficios de
sacristán y fiel de hechos. No hay maestra de niñas. Los montes están tan
deteriorados, que ni aún madera ha quedado para edificios. Las causas de su
decadencia se reducen a la codicia de los vecinos en destrozarlos para llevar
leña de venta a Teruel; y a que en 1780 la villa cedió uno de sus principales
montes a la fábrica de hierro de Tormón por espacio de dos años, para
poder pagar 800
pesos de atrasos
que debía al
Exc. Sr. Conde de Fuentes, su
señor temporal; y en este tiempo la herrería los consumió todos.
En punto de
aguas perdidas no
se debe olvidar
que recogiéndose las aguas esparcidas e internadas en las heredades, que
llaman de la partida de la chopera en un estante, servirán útilmente al
beneficio de riego.
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TRAMACASTIEL EN EL
MADOZ
(1845-50)
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Villa con Ayuntamiento en la provincia,
diócesis y Partido Judicial de Teruel (4 leguas), Audiencia territorial de
Zaragoza y Capitanía General de Aragón. SITUADO en la falda occidental de un
gran cerro: el CLIMA es templado y no se conocen enfermedades especiales. Se
compone de 141 CASAS; una escuela de niños de instrucción primaria, otra de
niñas; iglesia parroquial servida por un cura párroco y un beneficiado, y un
cementerio que en nada beneficia a la salud pública. Confina el TÉRMINO por el
N. con Rubiales; E. Libros, sirviendo de límite el Guadalaviar; S. Torres, y O.
Tormón; nacen en él varios manantiales de aguas templadas y muy beneficiosas
para la tierra, y otros diversos con cuyas aguas se riegan algunas huertas. El
TERRENO es muy quebrado y desigual, excepto el pequeño pedazo que forma la hoya
del Embid; tiene altas montañas con pinar nuevo y carrascas, y algunos trozos
de regadío. Los CAMINOS a excepción del que sube de Moya para Teruel, los demás
son de herradura. La CORRESPONDENCIA se recibe de Teruel. PRODUCE: cereales,
vino, seda, nueces, miel, cera, semillas, cáñamo y frutas: hay ganado lanar en
corto número y caza menor. POBLACIÓN. 129 vecinos, 518 almas. RIQUEZA
IMPONIBLE: 52,934 reales. En este pueblo se ha empezado la plantación de la
morera filipina o multicaulis por ser
terreno a propósito, lo cual puede acrecentar notablemente la riqueza de sus
vecinos por la mucha seda que puede criarse.
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Vista desde el castillo.
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Magnífica casa de adobe, digna de ser rehabilitada.
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