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lunes, 17 de noviembre de 2014

Noviembre2014/MIscelánea. EL CASERÍO DE TRAMACASTIEL

En CALANDA venden cozios
en ALCORISA  pucheros.
En  LIBROS hacen serones
y en TRAMACASTIEL, los cestos.
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El del Tramacastiel es un regalado valle regado por el río del mismo nombre y en cuyos márgenes, en otros días, se desarrolló la vida con mayor vitalidad que en la actualidad. Es una villa, como decimos, antaño próspera y en la que se conservan un buen manojo de elementos etnoculturales, los cuales veremos con más detalle en próximos capítulos. De los dos textos que adjuntamos, uno de Antillón y gentiliza de Guillermo López y, otro, el cotidiano en estas páginas del Madoz, puede observarse la diferencian no sólo en el estilo sino en la proyección sobre el futuro que ofrece uno y otro. El Madoz se remite a rellenar una plantilla y constatar lo que ve. El de Isidoro (Santa Eulalia del Campo) es ya, el texto de un Ilustrado, que ve al hombre y su entorno en posición dinámica y ofrece posibilidades de desarrollo y de crecimiento a través del conocimiento de las cosas. Hace también crítica, desde luego, con la intención de corregir y aprovechar mejor las posibilidades que ofrece la naturaleza. El de Antillón marca el final de un periodo próspero de nuestra historia y el de Madoz avanza las dificultades de una época complicada y turbulenta de nuestra historia reciente.
En la actualidad Tramacastiel, en lo que respecta al caserío, puede decirse que está cuidado y mantiene un elevado número de casas rehabilitadas y habitables. Recostado en la falda de la montaña en cuya cima está el castillo, sus calles se perfilan en las curvas de nivel que marca el terreno. La iglesia se encuentra ya, en terreno llano, así como los demás servicios deportivos y educativos (estos últimos, desgraciadamente ya cerrados). Hermoso río, frondosa huerta, atractivos paisaje de pinares que junto al romero y otras aromáticas hacen de su término un parque natural digno de visitarse. Ha desarrollado también, Tramacastiel, junto a una hospedería un red de senderos y un camino de peregrinos de interesante atractivo (Camino de la Vera Cruz).
La villa, como población que fue de señorío, no desarrolló edificios de fachada señorial y colma todas sus aspiraciones en el campo de la arquitectura, en una magnífica iglesia barroca con restos góticos que está en trance de ser pintada. Luego que se haga sobresaldrán los magníficos estucos que la adornan.
En tan entrañable y encantador rincón provincial, planta cebollino en su huerto, engrasa y da cuerda al reloj de la torre, arregla el Cubo y pone ansas a las ollas, entre otras chapucillas menores, nuestro amigo Guillermo de grata conversación y mejor bodega.
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TRAMACASTIEL VISTO POR ISIDORO DE ANTILLÓN EN SU OBRA”DESCRIPCIÓN DEL PARTIDO DE ALBARRACÍN EN 1795”
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A legua y media del Reino de Valencia, y siete de la ciudad de Albarracín, se halla situada la villa de Tramacastiel, en la falda de una montañuela, sobre cuya cima se descubren vestigios de fortaleza. Su término es parte montuoso y fuerte, y parte arenoso, cuyas diversas calidades lo proporcionan para varias producciones. Su longitud es de tres leguas, y de una su latitud. En su hermosa, aunque estrecha vega, regada  por  un  caudalosos  riachuelo,  además  de  la  col,  lechuga,  bróculi, ajos,  cebollas  y  todo  género  de  hortalizas,  se  cultivan  otros  frutos,  a cuya madurez ayuda mucho lo templado del clima; es a saber adaza, panizo negro, mijo, garbanzos, judías, melones, calabazas y pepinos.
                En ella y lo secano del término se cogen 3.000 fanegas de trigo, 240 de cebada, 300 de avena, 200 arrobas de cáñamo, y 400 cántaros de vino. Esta última cosecha, en siglos pasados se extendió a 6.000 cántaros, y ahora podría también llegar a este grado si los vecinos pusiesen en cultivo las vertientes de las montañas que antiguamente lo estaban. Las cosechas de uva de parra sólo ascienden a 600 arrobas. Una morera y un olivo que hay por casualidad en la vega de este pueblo acusan sin cesar el descuido de los vecinos en no dedicar sus tareas a alguno de estos dos lucrosísimos ramos, a que naturaleza los convida. Hay 2.000 cabezas de ganado lanar, 1.000 de cabrío, y 100 de vacuno. La labor se hace con mulas. Se crían algunos árboles frutales, como nogueras, manzanos, cerezos, perales, etc. Las guindas son muy sabrosas. Los almendros ofrecen proporción para multiplicarse; y las carrascas que hay en la vega son tan especiales en su bellota, que para el plantío que años pasados se hizo en la Real mina de azogue del collado de la Plata se transportaron de aquí. Es preciso aumentar los chopos y demás árboles de ribera para contener las irrupciones del río, que son frecuentes.
                El vecindario asciende a 90 contribuyentes. Se ha disminuido mucho, ya  por  las  frecuentes  emigraciones  al  Reino  de  Valencia,  ya  por  una enfermedad de tabardillo que en años pasados infestó al pueblo. No hay industria; bien que la lana y cáñamo, junto con la proporción de las aguas, la ofrecen para varias artes. Los niños tienen un maestro que para poderse mantener necesita ejercer los oficios de sacristán y fiel de hechos. No hay maestra de niñas. Los montes están tan deteriorados, que ni aún madera ha quedado para edificios. Las causas de su decadencia se reducen a la codicia de los vecinos en destrozarlos para llevar leña de venta a Teruel; y a que en 1780 la villa cedió uno de sus principales montes a la fábrica de hierro de Tormón por espacio de dos años,  para  poder  pagar  800  pesos  de  atrasos  que  debía  al  Exc.  Sr. Conde de Fuentes, su señor temporal; y en este tiempo la herrería los consumió  todos.  En  punto  de  aguas  perdidas  no  se  debe  olvidar  que recogiéndose las aguas esparcidas e internadas en las heredades, que llaman de la partida de la chopera en un estante, servirán útilmente al beneficio de riego.
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TRAMACASTIEL EN EL MADOZ
(1845-50)
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Villa con Ayuntamiento en la provincia, diócesis y Partido Judicial de Teruel (4 leguas), Audiencia territorial de Zaragoza y Capitanía General de Aragón. SITUADO en la falda occidental de un gran cerro: el CLIMA es templado y no se conocen enfermedades especiales. Se compone de 141 CASAS; una escuela de niños de instrucción primaria, otra de niñas; iglesia parroquial servida por un cura párroco y un beneficiado, y un cementerio que en nada beneficia a la salud pública. Confina el TÉRMINO por el N. con Rubiales; E. Libros, sirviendo de límite el Guadalaviar; S. Torres, y O. Tormón; nacen en él varios manantiales de aguas templadas y muy beneficiosas para la tierra, y otros diversos con cuyas aguas se riegan algunas huertas. El TERRENO es muy quebrado y desigual, excepto el pequeño pedazo que forma la hoya del Embid; tiene altas montañas con pinar nuevo y carrascas, y algunos trozos de regadío. Los CAMINOS a excepción del que sube de Moya para Teruel, los demás son de herradura. La CORRESPONDENCIA se recibe de Teruel. PRODUCE: cereales, vino, seda, nueces, miel, cera, semillas, cáñamo y frutas: hay ganado lanar en corto número y caza menor. POBLACIÓN. 129 vecinos, 518 almas. RIQUEZA IMPONIBLE: 52,934 reales. En este pueblo se ha empezado la plantación de la morera filipina o multicaulis por ser terreno a propósito, lo cual puede acrecentar notablemente la riqueza de sus vecinos por la mucha seda que puede criarse. 
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Vista desde el castillo.
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Magnífica casa de adobe, digna de ser rehabilitada.
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