ANTONIO BELTRÁN MARTÍNEZ
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Han colocado el busto de don Antonio Beltrán
frente a La Ciudad Universitaria de Zaragoza. La Ciudad Universitaria responde
colgando la bandera de los homosexuales sobre las puertas de entrada al
recinto. Dos mundos, uno el de los rectores y profesores que sólo mandan apenas en los
despachos (¿?) y otro, el “Campus”, donde reina la más absoluta anarquía. Entras
en el recinto y parece una pocilga. Te preguntas, para qué estas obras, si todo
acaba degradado. Tiene problemas la Universidad de Zaragoza, problemas de
calidad y falta de prestigio (que antaño tuvo Derecho y Medicina). Todavía más si
tenemos en cuenta que ninguna de las Universidades españolas están entre las
100 mejores del mundo. Mal asunto y mal futuro si los alumnos que se han
examinado de 6º de primaria voluntariamente, además seleccionando los centros,
resulta que en el dictado obtienen una puntuación media de 11 puntos sobre 50
(hoy se puntúa como: deficiente ALTO). Llevamos mucho tiempo llevando a la Universidad a gente
que va a pasar el rato y luego, además, les dan un título. Aquí, en este país,
las cosas se hacen con absoluta desfachatez, primero eliges la carrera y luego
exiges el título. Si te suspenden la cosa está muy fácil, en la encuesta de
calidad, desechas al profesor. Las escuelas del profesorado son un auténtico
desastre. No se selecciona al profesorado de ninguna manera y además, se entra
sin nota de selectividad. Si el profesorado no está capacitado y reforzado en
su autoridad el fracaso educativo está asegurado. Es lo que tenemos. A don Antonio lo
han puesto, en frente, para que mire
como se consuma el desastre.
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