FRANCISCO RALLO LAHOZ
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A Francisco Rallo Lahoz le mandaron poner
cuatro leones de bronce para que guardaran el Puente de Piedra. El compromiso
era grande, sin embargo, el alcañizano supo dar acertada respuesta al encargo.
Por entonces escribí algo sobre este gran escultor y me contestó invitándome a
su estudio de Zaragoza. No fui, y ahora lo siento. Los leones guardan la ciudad
y se guardan de ella, juegan con las torres del Pilar descolgándose por sus cornisas
y corriendo entre torres y cúpulas. Los leones saben de los tesoros artísticos
que guardan en mármoles, alabastros y pinturas las SEOS o CATEDRALES de Zaragoza.
¡Qué magnífica y majestuosa se ve la ciudad desde la margen izquierda del Ebro,
desde los arrabales! Recuerdo que hasta
no hace mucho había un cartel a la entrada del puente que solamente decía:
EBRO. Ahora lo han cambiado y le han añadido una redundancia: RÍO. Es evidente
que el Ebro es un río y el río por excelencia de España. No diremos nada de los
otros apaños que le han hecho al Puente de Piedra. Los leones nos parecen un
referente magnífico e incontestable. Con el paso del tiempo la obra de arte
crece o se empequeñece. Ésta crece. Felicidades a Francisco Rallo Lahoz (+2007),
alcañizano y a su hija.
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