DEL PUENTE DE SANTIAGO
AL PUENTE DE PIEDRA
La arboleda de Macanaz y la Pasarela que atravesaba el Ebro han sido el vínculo de unión entre las dos zaragozas: la de los rabaleros y la de la aristocracia capitalina. Pero sobre todo, Macanaz, fue la catarsis de Los Sitios pues en aquella arboleda fueron enterrados 10.000 zaragozanos que murieron luchando por defender su ciudad.
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Cogimos el tranvía en La Romareda y lo dejamos
en La Chimenea (A Chaminera). Cuando era zagal la Feria de Muestras se hacía junto
a La Romareda (En la vieja Ferian de Muestras), luego bajábamos al Ebro y al
Pilar. Llegados desde Tortajada (Teruel) la ciudad nos parecía inabarcable,
como de otro mundo, y el Ebro absolutamente impensable. Toda aquella
desproporción y suntuosidad en los edificios, El Pilar, La Seo, el Ayuntamiento, la Lonja…
nos dejaba absortos. Ahora, cincuenta años después, una vez que hemos visto
otras ciudades y otras dimensiones arquitectónicas, hemos matizado el asombro.
Con todo, Zaragoza es una ciudad señorial y a veces poco apreciada por los
propios. La tarde la pasamos paseando por la arboleda de Macanaz y viendo el
Pilar y el Ebro desde la perspectiva de un rabalero. El puente de Piedra es lo
que más nos acerca al bimilenarismo de la ciudad y el río nos acerca a la cultura
ibérica. Basta asomar el morro a un museo y te hablarán de los romanos y de su
puerto fluvial. Zaragoza tiene historia para dar y vender. Ahora están haciendo
una pequeña exposición en el centro comercial Aragonia sobre los famosos Sitios
con ocasión de la invasión napoleónica y otra exposición sobre los Íberos en la Plaza del Pilar. Volvemos a tomar el tranvía en la Avda.
de la Independencia, siempre va a tope de gente. Pronto será necesario hacer el
Metro, pero ¡qué nadie se lo diga a Belloch!... de momento.
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