CENTINELA DEL JILOCA
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Santa Eulalia por su
situación estratégica fue siempre moneda de cambio, disputada entre los reyes
de Aragón y el señorío de los Azagra en Albarracín. Finalmente, a partir de Pedro
III el Grande de Aragón, en 1248, queda de parte aragonesa.
Seguramente habrá que
replantearse la historia de Santa Eulalia en función de su posición geoestratégica
en la Ruta de la Lana. Gran parte de la lana de los Montes Universales y del
Alto Tajó salía por Santa Eulalia hacia Alfambra para alcanzar el eje básico de
este importante comercio medieval y moderno. Las disputas por el dominio sobre este
lugar crucial así parecen corroborarlo. EL señor de Albarracín trata de
asegurar su control entregándola en dote matrimonial tras el casamiento de su
hija con Teobaldo de Navarra. Por otra parte los reyes de Aragón y
concretamente Pedro III se harán dueños definitivos de la población. Con todo,
este municipio “de las tres torres” nunca será de la Comunidad de Teruel.
Aún, en el siglo XIX, nos
encontramos en Rodenas con los Catalán de Ocón, familia que ejerce su poder
sobre el mundo de la ganadería y de la lana: “Allí donde se encuentren mis
ganados se hará la feria” (Cedrillas). Los Catalán de Ocón crían a sus hijas
Clotilde y Blanca en el valle del Cabriel. La oveja tiene en estos momentos la
función básica de producir lana. La lana se saca hacia el mediterráneo
siguiendo un camino ancestral. Si nos fijamos en el alto Jiloca vemos dos
señales inequívocas: San Ginés y Peña Palomera.
Don picos que son visibles desde todo el vale y particularmente,
Palomera, señala el camino hacia Alfambra. Entre Santa Eulalia y Alfambra sólo hay
una señal en el camino, está es, el Pilón de Santa Ana. Desde Alfambra por el
puerto de Escoriolo (Escorihuela) se llega rápidamente a los pilones de El Pobo y,
de El Pobo, a Villarroya. Hasta Villarroya llegó el control de la taifa de
Albarracín.
San Ginés y Singra cerraban por
el norte el territorio de la Comunidad de Teruel, quedando unas islas
interiores: Santa Eulalia, Alba y Gallel (despoblado). Estos puntos estratégicos son
codiciados por los gobernantes y originan disputas.
Entre los años 1945 y 1951 España sufre un cerco económico, es el periodo más duro de la autarquía. La imposibilidad de importar carne (excepto de Argentina) hace que la oveja se dedique a la cría de corderos que se venden, sobre todo, en Cataluña. Hasta entonces, y también, hasta la aparición de las fibras vegetales, la riqueza más importante de estos territorios era la lana y sobre ella pivota la política.
Entre los años 1945 y 1951 España sufre un cerco económico, es el periodo más duro de la autarquía. La imposibilidad de importar carne (excepto de Argentina) hace que la oveja se dedique a la cría de corderos que se venden, sobre todo, en Cataluña. Hasta entonces, y también, hasta la aparición de las fibras vegetales, la riqueza más importante de estos territorios era la lana y sobre ella pivota la política.
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