MUSEO DIOCESANO DE ZARAGOZA
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Se pude dividir la crítica de este espacio
religioso-cultural en tres partes. La primera viene a cuento del personal: el
visitante merece un trato más correcto y las visitas guiadas una atención, hacían
los visitantes, más adecuada. La organización de espacio museístico choca con
el problema de unos espacios construidos para otros tiempos y otros usos. Con
todo, se ha hecho un buen esfuerzo por adaptarlos sin conseguirlo plenamente.
El tercer aspecto se refiere a su contenido expositivo. Lo más destacado,
curiosamente, son los audiovisuales. Se trata de unas proyecciones de gran
formato y gran impacto en el visitante. Los contenidos del museo no responden a
la expectativa que teníamos formada. Básicamente por ser una sede episcopal,
tan antigua y tan rica, en el centro del valle del Ebro y por ser, la metropolitana
de Zaragoza, lugar de la coronación de los reyes de la Casa de Aragón. A
algunas vírgenes románicas se les ha hecho una restauración deplorable. El
precio, 5 euros, nos parece caro.
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Recreación de la figura del obispo Valero, en el audiovisual.
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