LA CAPITAL DEL EBRO
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“La Blanca” o “La Harta”, Salduba, Cesar Augusta, Zaragoza o Zirigoza… está llena de historia y
de tópicos. Ciudad capital de un reino, bimilenaria, posee el primer santuario mariano
del mundo, un puerto fluvial construido por los romanos, dos catedrales, el palacio de la Aljafería (segundo monumento árabe tras la Alhambra) y el
río más caudaloso de España. Bien comunicada, la atraviesan dos grandes ejes de
comunicación: el que une Las Provincias Vascas con Cataluña y el que une Madrid
con Barcelona. Un aeropuerto civil construido junto a las pistas que construyeran
los EEUU para su base aérea, le comunica con todas las partes del mundo. Posee
en su entorno un territorio poco poblado y escaso en recursos por lo que,
Zaragoza, necesita ampliar su radio de influencia en todos los sentidos. En
esta lucha, catalanes y vascos le han ganado varias veces la partida y Zaragoza
debe recomponer sus estrategias a menudo. Su Universidad, antaño prestigiosa en
todo el Valle del Ebro, ha visto mermar sus recursos y sus estudiantes. El término municipal de Zaragoza que posee
agua y suelo en abundancia necesita, sin embargo, de un entorno poblacional que
abastezca sus infraestructuras comerciales. Plaza, Puerto Venecia y otros
grandes centros comerciales y de ocio cubren en demasía las necesidades de una
ciudad que no llega al millón de habitantes reales. Desempeña un papel
importante en la ciudad el turismo religioso por lo que el eje de comunicación
por tren de alta velocidad, Zaragoza Lourdes (Francia), es de vital importancia.
Este eje daría salida a gran parte del comercio peninsular y crearía una vía
alternativa y segura en el centro del Pirineo, equidistante de los pasos por Cataluña y Las Provincias Vascas. La
ciudad que tiene una amplísima vega ha crecido sobre sí misma, como una ciudad
oasis, y ha reducido la vitalidad de las poblaciones de su entorno. Una vez que
Zaragoza rebase el Cuarto Cinturón, la ciudad deberá crecer de forma radial y
crear desarrollo en cien kilómetros a su alrededor. Será el momento de reorganizar parte de las
comunicaciones con un servicio de Cercanías y Metro adecuados. No son pocos los
retos que tiene Zaragoza de cara a su futuro. Recuperar un prestigio histórico
perdido, potenciar la Universidad, la industria, las comunicaciones, etc., etc. y ordenarlo
todo en función de una ciudad cómoda y agradable al ciudadano (me gusta el tranvía). Goya y los Sitios
son dos proyectos que siempre se le han atragantado a la ciudad y creo que es
un deber inexcusable de la misma darles pronta respuesta, así como al Fleta. Pero, Zaragoza
no se apura, tiene melsa, conoce su dilatada historia y sabrá dar respuesta a
sus retos más pronto que tarde. Nosotros nos ocuparemos en este mes de junio
del 2013 de recorrer sus calles y sus museos mientras esperamos que venga lo
que deseamos (será nieta).
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