Auguera de San Antón en Tergüel
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ZUCAR
("zúcale a l´auguera el misto")
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Bel, Belenos o Belenius es el
dios Celta encargado de cuidar el fuego durante todo el invierno, aquí, en la
Cordillera Ibérica. Exactamente, el día 31 de mayo, se pone fin a su reinado
anual como guardián del fuego invernal (se cantan los Mayos). En mayo, son ya escasas las heladas y el día amplía su horizonte de forma espectacular. Sin embargo, las
hogueras que arden estos días en nuestra provincia son de tradición
relativamente reciente. Se trata de hogueras purificadoras, ya que al fuego se
le atribuye, además, tal función. El fuego es purificador porque es un proceso
químico destructivo que, en el transcurso del cual, desaparece la naturaleza de
la materia que arde. Las cenizas nada tienen ya que ver con la materia
anterior. Por ello, las hogueras y el fuego se utilizaron en épocas de gran
epidemia, cuando el lavado de la ropa se consideraba incapaz de hacer
desaparecer la peste (Encamisada de Estercuel).
El encendido de las hogueras ha
sido y es un rito. Y es un privilegio (para Auré en San Julián) ser el que haga arder la pira de leña. Tres
palabras relacionadas con este acto traemos a la memoria. La primera es “zucar” que en castellano significa "prender" o “encender”.
Palabra que desconocen la mayoría de los aragoneses y que no aparece en ningún
diccionario. La expresión “zucar l´auguera”, esto es, encender la hoguera, es
común en nuestros pueblos. La segunda palabra tiene que ver con el objeto con
que se enciende. Se trata del “misto”,
compuesto de una bolita de fósforo y un palico hecho con papel encerado o
madera. Ésta muchísimo más difundida y, el diccionario, nos traslada a: mixto
(algo compuesto): "Zúcale a l´auguera el
misto". La tercera palabra, que ya hemos visto en días anteriores, es zoca. Raíz o tocón del árbol batido. Con un montón de zocas puestas en forma de pirámide se organiza la hoguera de San Antón.
El color rojo lo identificamos con el fuego.
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