EL TORO DE BRONCE del “Cabezo de
Alcalá” (Sedeisken) es una de las piezas más representativas de este yacimiento, y de la provincia de Teruel, situado en el pueblo de Azaila (Teruel). Se conserva ahora en el Mueso Arqueológico Nacional
de Madrid pero, en el Centro de Interpretación de Azaila, se ha colocado una réplica.
UN POCO DE HISTORIA DEL YACIMIENTO
Se ha dicho que:
"Los principales restos arqueológicos fueron descubiertos a finales del
siglo XIX, ente 1868 y 1872, por D. Pablo Gil y Gil, y posteriormente
estudiados por conocidos investigadores como D. Juan Cabré, D. Antonio Beltrán.
En excavaciones más recientes participó D. Miguel Beltrán Lloris, que publicó
su tesis doctoral sobre este yacimiento en 1976.
Entre los años 2000 y 2009 se realizaron diversas actuaciones de
excavación y consolidación de los restos en algunas zonas del yacimiento que
fueron promovidas por el Gobierno de Aragón, la Diputación Provincial de Teruel
y el Ayuntamiento de Azaila. Además, en el año 2009, a través del Consorcio
Patrimonio Ibérico de Aragón se procedió a la señalización y colocación de
paneles informativos.
En colaboración con la Diputación General de Aragón, la Diputación
Provincial de Teruel y la Asociación para el Desarrollo integral del Bajo
Martín, se ha creado un Centro de Interpretación sobre la antigua ciudad del
Cabezo de Alcalá ubicado en Azaila."
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Características de la obra
Origen/Procedencia
Acrópolis del Cabezo de Alcalá Objeto
Figura Dimensiones
Altura = 15,5 cm; Longitud = 21 cm; Anchura máxima = 5,9 cm
Técnica
Fundición Materia
Bronce
Cronología: 200[ac]=101[ac]
(S. II a.C.)
Contexto Cultural/Estilo: Sedetanos
Lugar de Procedencia Azaila
Lugar Específico/Yacimiento Cabezo de Alcalá
Referencia Bibliográfica Se
halló en el llamado Templo A o templo ibérico de Azaila, que se levantó en los
siglos III-IIa.C.
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DESCRIPCIÓN
Figura de toro en actitud de ir a
embestir, bien modelado y con características que recuerdan a la escultura
ibérica antigua en piedra, como las profundas incisiones para marcar los
pliegues del cuello. Lleva una roseta sobre la frente y espigas bajo las
pezuñas que servirían para embutirlas en un pedestal, y que son restos de los
conos de fundición. Llevaba sobre el cuello una pieza de bronce en forma de U
con una perforación en cada extemo, que parece un asa de caldero, pero que se
ha interpretado a veces como un yugo que indicaría su participación en tareas
de arada. Junto al toro se halló un ara encalada de blanco y parte del pedestal
que sostenía la figura.
Esta pequeña figura fue
encontrada en un recinto de planta trapezoidal al que se accedía por una grada
descendente revestida de yeso, en la ciudad de Azaila. Un yacimiento creado
durante la época de los Campos de Urnas tardíos, y cuya población céltica, se
iberizo y se sabe que pertenecía a los pueblos sedetanos, Un pueblo prerromano
que junto a los ilergetes hay autores que consideran que pueden encuadrarse
dentro de las poblaciones de origen céltico, pese a que otras las consideran
ibéricas.
El espacio donde se halló se ha
identificado como templo ibérico o "Templo A de Azaila", que
constituiría un "santuario de entrada", situado junto a la puerta de
acceso a la población, aunque algunos autores lo ponen en duda. Los "santuarios
de entrada" eran santuarios urbanos que en las poblaciones ibéricas
estaban dedicados a divinidades relacionadas con los rituales de paso, la
fecundidad y la protección del territorio. En este caso, representaría un culto
al toro, el cual simboliza la fuerza fecundadora de la naturaleza, necesaria
para la supervivencia y prosperidad, reforzado por la roseta que lleva sobre la
testuz, que muchos toros llevaban en las festividades cuando accedían al
templo.
Algún autor lo considera de
cronología más moderna y que pudiera ser el remate de una enseña romana,
opinión que no aceptan la mayoría de los estudiosos.
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