AL VERANO RECHITAN
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Vengo observando la enfermedad de los
olmos, esos enormes árboles que plantados en las plazas de los pueblos, daban
una sombra tal que casi eran capaces de cobijar a toda la población. Recuerdo
el de Camarena de la Sierra, enorme, potente, y debajo de su sombra los valencianos
tomando su cafecito, su té y jugando a las cartas o al parchís. Observo, también, que algunas olmeras llegan a secarse por la grafiosis pero, luego, vuelven a
rechitar hasta que sus ramas alcanzan un determinado grosor y el ciclo vuelve
de nuevo a repetirse. Las olmeras no pasan ahora de ser grupos de arbustos que
a duras penas resisten los embates de ese “sapo” dañino que transporta la
espora mortal.
De igual manera, nuestros pueblos
están afectados por la “grafiosis”. Una grafiosis lenta y letal que los deja
semos. Quizás, al verano rechitan un poco pero enseguida vuelven a ese letargo
mortal. Las gentes que quedan en el pueblo no quieren problemas y tampoco les
preocupa la estética de las cosas. Quieren un alcalde que traiga “perras” al
pueblo, que les deje hacer (manga ancha) y, que no les suba los impuestos ni
les ponga otros. Las normas son mal recibidas porque, casi siempre, acaban en
que tienen que pagar alguna perra y, eso, no gusta. Las gentes que habitan estos
pueblos con seria regresión demográfica permanecen imperturbables ante todo lo
que sucede a su alrededor. Aquí en Cuevas Labradas, pese a haber tenido buenos
alcaldes, también se aprecian estos signos decadentes como veremos en las
fotografías que comentaremos a continuación.
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El peirón está empotrado en un muro que es propiedad particular. Como puede verse, su suerte está echada. Todavía más, si observamos que su propiedad la tiene en condiciones poco aceptables.
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Una magnífica puerta hecha a base de piedra sillar y arco de medio punto blasonado es antesala de un solar abandonado.
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Aspecto que ofrece este magnífico portal.
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El solar está sin vallar como bien puede verse pero, la solución para convertirlo en un aparcamiento cubierto es genuina: han colocado la caja de un camión.
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El tendido de cables eléctricos es una epidemia totalmente generalizada.
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Sin embargo, las casas consistoriales, se han arreglado todas o casi todas.
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Tronco seco de olmera conservado en El Pobo (Teruel)
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