UNA LUNA DE CHOPOS
ENCENDIDA
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Una luna de chopos encendida. Un Moisés
de arcilla roja en el Alfambra y un ocaso de enero rojo-fuego despide a las femeras
en los huertos. Los barrancos que bajan de los montes abren en carne viva las
calizas y dejan en la herida, siemprevivas en flor, de primavera. De los Bolages
baja el viento tibio de este invierno, arrullando los ganados y los trigos. Las
plazas y las calles… tan vacías. Hay soledad de veleta y camposanto… y hasta
encontrar un alma, es un espanto. Luego, se encienden las farolas en las calles
para dar luz al tedio o a la nostalgia y, quizá, alguna sombra se desliza al
costado de la iglesia o de la ermita. Son
almas que acuden a la vega, por calmar en rumores de arboleda, la pena que les
mata y les doblega cuando esa luna de chopos encendida… ilumina la noche triste y
fría.
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