La torre de la Catedral, el cimborrio y la capilla de la Inmaculada (con teja azul).
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LAS FACHADAS DE LA
CATEDRAL
Si bajamos la vista de la torre mudéjar
o del cimborrio renacentista de nuestra Catedral a los muros laterales que la
envuelven, ya no es la belleza quien nos emociona, sino una sensación de
tristeza la que nos embarga. Si el conjunto de fachadas necesita al menos una
mano de pintura, la parte de la calle de Santa Emerenciana, la de la plaza
Obispo Polanco-Piquer y el callejón bajo la torre son los tres puntos que a
simple vista se ven más deteriorados. Qué la Catedral de Teruel es un joya,
nadie lo duda y qué, es visitada a diario por un importante número de turistas,
tampoco. Pero, hay una razón más simple para acometer su limpieza y es la del
simple decoro. Además, ya que se van a iniciar los trabajos, puede acometerse
otro, también importante como es el de su adecuada iluminación, aspecto que
mejora mucho el entorno y sirve para potenciar de noche la belleza arquitectónica
del inmueble.
Como suele decirse comúnmente, “las
cosas de palacio van despacio”, de la misma manera va la obras de nuestro
patrimonio, a las que las ayudas acuden en cuentagotas, más, ahora que hay
crisis permanente. Superado este trámite de las fachadas, esperamos ver pronto
como se acomete la restauración de la última torre mudéjar “Patrimonio Mundial”,
que a su vez, fue la primera en construirse. Andaremos y veremos.
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Calle Santa Emerenciana
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Placeta del Venerable Francés de Aranda.
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Callejón bajo la torre.
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Calle Santa Emerenciana
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Calle Tribuna
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Plaza Anselmo Polanco y calle Piquer
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