LOS FORMICHES
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Los aragoneses somos hoy, más dados
al humor que a la guerra. No somos, por el contrario, propensos a reblar es decir, a retroceder o doblegarnos y, por esa justa razón tenemos
inmerecida fama de cabezones/cabezudos. Esta vehemencia con que el aragonés
planifica sus acciones y juega fuerte en sus apuestas se plasma en la vida de don Ramón y Cajal, segundo premio Nobel
español (1906)… y no precisamente en literatura, sino en ciencias, algo que se le da
bastante mal a los españoles (España ha sido un pueblo iletrado… pero, paradógicamente de letras).
Siguiendo esa pasión por la lógica y confiados como estábamos los aragoneses en que, desde Roldán, siempre habíamos encorrido a los Gabachos. Al presentarse
esta nueva ocasión en que Napoleón
quiere conquistar, nada más y nada menos que, Zárágózá,
surge uno de los grandes mitos de la historia contemporánea española y por
supuesto aragonesa: LOS SITIOS DE ZARAGOZA frente al ataque francés (Agustina de Aragón, etc).
Unos dicen, no sin razón, que los orígenes
de la jota están perdidos en las espesas nieblas del valle del Ebro. Otros señalan que
fue con ocasión de Los Sitios de Zaragoza y que la jota nació brava por ser
canto de guerra y brega. Los cierto es que la Guerra de la Independencia
atraviesa la columna vertebral de España durante el siglo XIX. Se pone de moda
la jota y la comedia aragonesa/baturra. Los teatros de Madrid se llenan de escenas cómicas,
en las que los maños, con parsimonia y calculada cadencia, van soltando
mazadas, chistes y sentencias que dejan al público embelesado. Las revistas de
variedades terminan con la interpretación
de los Sitios de Zaragoza como coronación del espectáculo e incluso hay un film
en el que Plácido Domingo, de mocico, pone colofón al espectáculo cantando una jota.
En la actualidad, los de Formiche
Alto hacen un concurso de jotas groseras, que es epílogo de una larga
trayectoria de divertimento aragonés que dura ya más de doscientos años. ¿Qué, dónde
para Formiche? se preguntarán algunas gentes del Pirineo que leen esta Miscelánea/Miszelania.
La pregunta es escusada, pues hasta en el Japón lo saben. Cuentan con total
certeza y aún más, algunos afirman que se dejarían cortar una mano sólo por
dejar sentado y bien sentado, que el siguiente relato es cierto.
Sucedió, estando todavía Ituero de director de la sucursal número 4 de Teruel, que Ibercaja/Iberpaja organizó un viaje a
Japón para visitar la Feria de Osaka. Se apuntaron, no sin ciertos reparos y algunas dudas, varios vecinos de Formiche Alto. Todo, porque el viaje y la estancia eran
gratis… total que, uno de los formichinos, al poco de tocar tierra nipona,
mareado por tan largo viaje y no comprendiendo nada de lo que se decía les
planteó a sus paisanos que el no aguantaba allí y que se iba de vuelta a su
Formiche. Total que, pito y bien mandado, tomó un taxi y llegó al aeropuerto. Se
acercó a la ventanilla y le espetó a la señorita de los ojos rasgados que expendía los billetes de avión: -“Quiero un billete para Formiche.” A lo que la nipona le inquirió,
sin parpadear lo más mínimo: - Para el Alto o para el Bajo….
Otro día cualquiera, otro vecino
de Formiche llamado Ambrosio, después de ver una película de James Bond y
admirar como aponderaba este conocido actor su nombre. Me llamo, dijo el actor inglés inflándose
como un globo: ¡Jame… James… Bond! Decidió
que el no iba a ser menos y pidió que todos le llamaran, en ambos Formiches (que es lo mismo que decir en ambos mundos): ¡Am… Am… Brosio!
El caso es que Ambrosio, un día
que fue al herrero del pueblo a que le luziara
la reja del aladro y le herrase el par,
le contó lo que le pasaba con su mujer. -¡Chico, hace una temporada que no hay
manera! Un día dolor de cabeza. Otro día, que si tiene garrampas. Otro más, la
malagana y el estómago revuelto… Mira, le dijo el herrero, ves a la medica a ver que le receta para eso. La
medica le dijo que eso era la menopausia
y que no tenía remedio. Pero el herrero que
era un bromista le sacó esta canta que luego presentó a las jotas gorrinas, eso
sí, fuera de plazo:
Juerte dolor de
tozuelo.
Garrampas paize
tener.
Prenzipios de "malagana"
… dispidéte de joder.
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EL HUMOR MISCELÁNEO PARA
EL LECTOR CONTEMPORÁNEO
EL LECTOR CONTEMPORÁNEO
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