Cuadro de la Virgen de la Salud en la sacristía de la iglesia de Celadas
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¿...Y LA SALUD ?
LA SALUD… ¡QUÉ NO FALTE!
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Antes del desarrollo de la medicina las gentes acudían a la piedad
religiosa para aliviar sus males y buscar la sanación. El presbítero es
conocido popularmente con el nombre de “cura” ya que, dado que no había
solución para los males del cuerpo, solamente cabía “cura” para el alma. De
esta manera, a todos los fallecidos se les daba la extremaunción y, con ello,
se salvaba al menos la parte inmaterial del individuo.
Era costumbre en épocas antiguas en el momento de aparecer una pasia,
peste o una epidemia y si la familia era pudiente, trasladar su residencia
temporalmente a un lugar mejor ventilado. Para este asunto en nuestros lares,
el lugar adecuado era Celadas: lugar alto y bien ventilado.
El éxito comprobado durante varios episodios y generaciones sucesivas
hizo que triunfara el culto a la VIRGEN DE LA SALUD. En la propia iglesia parroquial
de Santo Domingo de Silos hay en el lado del Evangelio una capilla dedicada a
la Virgen de la Salud en la que nunca faltan flores frescas. En la sacristía
hay un cuadro y otro grabado en la ermita de Santa Quiteria. Lo cual, demuestra, la fidelidad de las gentes del lugar y aún forasteras/foranas a la VIRGEN DE
LA SALUD.
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La Virgen de la Salud en la ermita de Santa Quiteria de Celadas
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Retablo de la Virgen de la Salud, capilla del lado del Evangelio.
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Reproducción moderna de la talla de la Virgen de la Salud en Celadas
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