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“En tiempo de desolación nunca hacer
mudanza”, dijo Íñigo López de Loyola.
Luego apuntó que, “desolación” es lo contrario de "consolación". Así pues, consolación, es todo aumento de esperanza, fe y caridad. Esta
popular frase, también se ha utilizado mucho cambiando o sustituyendo la
palabra “desolación” por “tribulación”, ahora ya, en su sentido profano. Y
tribulación significa según el diccionario de la RAE en sus dos acepciones: 1.
f. Congoja, pena, tormento o aflicción moral. 2. f. Persecución o adversidad
que padece una persona.
En la actual situación de pandemia
bien podemos decir que estamos en tiempo de TRIBULACIÓN. Sin embargo, y a pesar
de estar "desolados", no perdemos la esperanza en que lleguen pronto, tiempos de “consolación”.
Así lo deseamos a toda la población
española y acaso mundial. Pero, para que ese tiempo llegue, es necesario hacer hincapié
en el segundo término de la expresión lozoyesca: NO HACER MUDANZA. Recomiendan
las autoridades, practicar el aislamiento mediante una severa CUARENTENA cuya
duración establecerán las autoridades sanitarias. Desde hace muchos siglos se
sabe que cuando una epidemia no tiene cura o es muy problemática y duradera,
la mejor medida es el aislamiento del enfermo.
Todavía hay memoria de la cuarentena
a que se sometía a las parturientas o en los viajes a América. Es evidente que,
la mejor forma de evitar la propagación de un virus es el aislamiento. Seamos
en esto ESTRICTOS.
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