El 23 de diciembre Teruel ya es nuestro. Ese día se puede asegurar que la operación ha llegado a su remate.
Queremos entrar en la capital por la carretera que la unía a Zaragoza. No podemos, puesto que aún desde el Seminario y otros últimos reductos hostiliza el enemigo desesperadamente.
Entramos, entonces, dando un rodeo, por la carretera que desde hace solamente pocas horas une Teruel con Valencia.
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LA REPÚBLICA NECESITA UNA VICTORIA A LA DESESPERADA
"Nuestra potencia ante el mundo"
Cuando ya en el día 23 de diciembre se profetiza y se asegura que Teruel (capital) va a caer en manos republicanas el periódico dice: "Caravana de coches oficiales nos adelanta y nos precede en nuestra llegada (a Teruel). Es el ministro de Defensa. Son los Altos Mandos del Ejercito de levante y del Estado Mayor Central."
Y recoge después las palabras de Indalecio Prieto, Ministro de Defensa. "... Ahí dentro (en Teruel) no quedan más de 200 civiles, falangistas y algunos soldados -que defienden su vida a la desesperada, esperando refuerzos que nunca llegarán, porque por la parte que podría ser, la de Campillo y Caudé no podrán pasar, estoy seguro.
Esta es nuestra victoria primera. La demostración de que cuando podemos poner en juego lo que valemos podemos atacar y triunfar rápidamente. Lo del Norte fue fatal; díganlo ustedes así-recomienda a los informadores extranjeros- porque nunca pudo llegar de una manera eficaz y completa nuestra potencia y nuestra organización."
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Manuel
Tuñón de Lara
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(Madrid, 1915 -
Leioa, 1997) Historiador español, uno de los más importantes regeneradores de
la historiografía de su país. Se Licenció en derecho por la Universidad Central
(actualmente Complutense) de Madrid. En 1932 se afilió a las Juventudes
Comunistas, formando parte de la dirección del partido desde 1934 hasta 1936,
además de presidir el primer sindicato de estudiantes comunista español: la FUE
(Federación Universitaria Española).
Su clara
posición marxista, tanto en lo político como en lo intelectual, le valió ser
internado en un campo de concentración tras la finalización de la Guerra Civil.
En 1946 se exilió en París, donde, estudiando y trabajando a la vez, revalidó
sus estudios universitarios en la Sorbona para diplomarse en Derecho
Constitucional (1947) y en Historia Económica y Social de la Escuela de Altos
Estudios (1951).
Desde este
momento, su actividad política pasó a un segundo plano y se dedicó
completamente a la enseñanza. Dio clases de historia en la Universidad de Pau,
donde, en 1970, organizó los célebres Coloquios sobre Historia Contemporánea de
España. La activa participación de una gran pléyade de historiadores españoles
y europeos contribuyó hondamente a revitalizar el estudio de la historia de
España, gracias a su tenacidad y persistencia en la dirección de dichos cursos
que, hasta 1980, fueron personalmente dirigidos por él. Hoy en día, la gran
mayoría de historiadores especialistas en la España contemporánea reconocen su
deuda con Tuñón de Lara y con los Coloquios.
Algunos años
antes de la muerte de Franco volvió a España y prosiguió con su actividad
docente, alternando los cargos de director del Centro de Investigaciones
Hispánicas con el de director del Centro de Documentación de Historia
Contemporánea de España en las Universidades de Pau y Burdeos. También impartió
clases en Madrid, Segovia, Cuenca y País Vasco.
Publicó
numerosas obras, entre las que destacan Espagne (1955), From Incans to Indios
(1956), Variaciones del nivel de vida en España (1965), El movimiento obrero en
la historia de España (1962), Introducción a la historia del movimiento obrero
(1965), La España del siglo XX (1965), La Segunda República (1976) y España
bajo la dictadura franquista (1980). También fue el coordinador general de la
Historia de España publicada por Historia 16, obra de obligada referencia para
todo historiador y de la que escribió personalmente dos tomos: La caída del Rey
y La España de la Cruzada.
En toda su
producción historiográfica, además de su excelente pluma y su ejemplar
narración, destaca el hecho de asociar los acontecimientos sociales y
económicos con los políticos, haciendo por ello una contribución esencial a la
historiografía como disciplina científica. En 1991 se presentó un nuevo volumen
de su Historia de España, obra en diez tomos cuya publicación se inició en los
años ochenta.
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Cartilla Turolense con la firma de Manuel Tuñón de Lara.
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Libro sobre la vida del obispo Anselmo Polanco con la firma del obispo Damián Iguacén Borau.
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El obispo de Teruel.
Dibujo de Agustín Alegre
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Domingo Rey rindió la plaza de Teruel (8 de enero) a la II República y Franco lo condenó al ostracismo.
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Recorte de prensa en el que se señala que los restos de Domingo Rey, reposan en el cementerio de Calamocha.
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De derecha a izquierda: Lister, Negrín, Modesto y Rojo
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