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miércoles, 21 de marzo de 2018

Marzo2018/Miscelánea. REFLEXIONES A PROPÓSITO DE LA POSVERDAD


EL DEBATE SOBRE LA POSVERDAD
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Que Internet (la red global de comunicación) ha cambiado definitivamente nuestras vidas, ya nadie lo duda. Pero lo que ahora se plantea es si Internet puede cambiar, también, nuestro destino. Los dos ejemplos más determinantes han sido la elección de Trump en EEUU y el referéndum sobre el Brexit. Los diarios están llenos de Preguntas. ¿Ayudó Moscú a ganar a Trump? Y ¿ Ayudó el Big Data a ganar el Brexit?
Internet es una red adictiva que atrapa al individuo. Recuerdo que, cuando se comenzaron a introducir las Tablets en los colegios, los alumnos las acogieron con una inusitada alegría. Luego, el móvil, ha completado la adicción y no es raro ver a un grupo de amigos sentados en una parque (por ejemplo), cara a cara, pero comunicándose a través del móvil.
La aparición de Facebok y del Wasap entre otras aplicaciones no menos efectivas y adictivas ha hecho que los conceptos básicos de VERDAD o de MENTIRA, en sintonía con el pensamiento de San Agustín: “Mentir es decir lo contrario de lo que se piensa con intención de engañar”, entren en franca decadencia.
Por tales razones han aparecido nuevos conceptos como el de POSVERDAD y por ello es preciso estar advertidos para que, entre otras cosas no nos ganen las elecciones como a EEUU y dirijan nuestros destinos desde otros ámbitos que no sean los propios.
En España no hemos estado ajenos a montajes de este tipo y así en el tema catalán la POSVERDAD ha sido patente: ESPAÑA NOS ROBA/ ESPANYA ENS ROBA. Mucha gente se queda con la frase por cuestiones emocionales, de sentimiento patrio y desprecia, el mecanismo clásico de analizar el problema para ver si es verdad que les robamos o no. Así, mejor que analizar las balanzas fiscales, los tributos que pagan los ciudadanos de cada punto de España, la obligada solidaridad de unos territorios con otros, etc., etc. Se simplifica el asunto y se asume sin más que hay un enemigo (España) que nos “chupa la sangre”. Así, la posverdad, queda en ese espacio abierto y nuevo entre la verdad y la mentira.
Como diría Nietzsche: SAN AGUSTÍN A MUERTO. ¡Estad atentos!
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