Manuel Tuñón de Lara solamente trato (en esta Cartilla Turolense) una parte del conflicto bélico que tuvo lugar en Teruel
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LA BATALLA DE TERUEL
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En general, el tema de la Guerra
Civil y la Batalla de Teruel aburre a la mayoría de la gente. Lo he comprobado
por el número de entradas a los spot relativos al Cerco de Teruel que voy
publicando en este blog. Sin embargo, La Batalla de Teruel, dista mucho de ser un asunto
liquidado ya que, todavía, no se ha hecho un estudio completo del mismo. Hasta la
fecha todos han sido estudios parciales e interesados pero, sobre todo, se ha
hecho uso ideológico de la misma por ambas partes. A mi juicio, para tener una
idea cabal de lo que fue La Batalla de Teruel, comprendiendo el periodo que va
desde el 8 de diciembre de 1937, hasta
el 22 de febrero del año 1938, deberían contemplarse los siguientes apartados.
1º.- Del día 8 de diciembre de 1937
hasta el día 15 de diciembre de 1930. Comprendería el estudio de la
planificación y aprovisionamiento de material y de hombres hasta el valle del Alfambra.
2º.- Desde el día 15 de diciembre de
1937 hasta el 8 de enero de 1938.
3º.- Cómo se realizó el cerco del
saliente de Teruel por parte de las tropas republicanas.
4º.- Cómo se realizo el cerco y
conquista del casco histórico de la capital y como fue la defensa de los
sitiados.
5º.- El saqueo de la ciudad (comercios, casas, bancos, Banco de España); la evacuación de parte del Patrimonio artístico y la destrucción del restante (iglesias, conventos, retablos, etc.) . A tal efecto Santiago Sebastián cita un libro que
recoge la Evacuation du tresor artistique de Teruel. Barcelona, 1938.
6º.- La Evacuación de Teruel que se calcula en unas 12.000 personas y que sucedió con las que no evacuaron y quedaron en el Seminario (Hay un libro de Antonio Peiró Arroyo).
7º.- La contraofensiva franquista y
la resistencia de las fortificaciones a su ataque.
8º.- La Batalla del Alfambra.
9º.- Cómo y cuando el general Rojo
decide realizar un repliegue ordenado de sus tropas.
10º.- Evaluación de la Batalla en
cuanto a muertos, heridos, material destruido...
Y asunto final y no de menor
importancia. Cuál fue el destino de los cadáveres. A quién se llevaron al Valle
de los Caídos y a quién se permitió dar sepultura en su lugar de residencia.
Cuando todos estos temas estén
resueltos y nos quitemos la venda ideológica, quizás podamos llegar a entender
mejor lo que aquí paso. Porque la historia debe servir para dar luz y no para
crear confusión.
En una guerra, una vez comenzada, no
hay buenos ni malos, hay vencedores y vencidos, pero sobre todo hay muertos y sufrimientos.
Y esas muertes y esos sufrimientos, no debe disimularse envolviéndolos en
ideologías.
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