Fotografía tomada de Internet
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LOS TALIBANES DE NUESTRO PATRIMONIO
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LEY DEL PATRIMONIO CULTURAL ARAGONÉS
TITULO PRELIMINAR
Disposiciones generales
Artículo 1.—Objeto. Esta Ley tiene por objeto
la protección, conservación, acrecentamiento, investigación, difusión,
promoción, fomento y formación, para la transmisión a las generaciones futuras
del Patrimonio Cultural Aragonés y de los bienes que lo integran, cualquiera
que sea su régimen jurídico y titularidad, garantizando su uso como bien social
y factor de desarrollo sostenible para Aragón.
Artículo 2.—Patrimonio Cultural
Aragonés. El Patrimonio Cultural Aragonés está integrado por todos los bienes
materiales e inmateriales relacionados con la historia y la cultura de Aragón
que presenten interés antropológico, antrópico, histórico, artístico,
arquitectónico, mobiliario, arqueológico, paleontológico, etnológico,
científico, lingüístico, documental, cinematográfico, bibliográfico o técnico,
hayan sido o no descubiertos y tanto si se encuentran en la superficie como en
el subsuelo o bajo la superficie de las aguas.
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Tenemos una Ley de Patrimonio y
tenemos un Gobierno que debe velar por sus cumplimiento. Tenemos además los
mecanismos legales de vigilancia y control de los mismos. Bien es verdad que,
Aragón, posee un importante patrimonio de bienes patrimoniales y culturales y
que, los presupuestos con que cuenta son escasos, por esta simple razón se pide
racionalizar los gastos. Priorizar significa establecer una nómina de bienes
que necesitan urgente actuación sobre ellos, ya sea protección o, ya sea,
restauración. Si hablamos de la legua diremos protección y fomento. Si hablamos
de un yacimiento arqueológico o paleontológico hablaremos de protección y
vigilancia. Si hablamos de bienes muebles, de catalogación y restauración o
rehabilitación. En fin, cosas de sentido común.
Hoy día, está todavía vigente un
importante mercado de objetos de arqueología y de paleontología que debe ser
acotado y finiquitado. Porque quienes tal cosa hacen están en contra de la Ley
y, más importante, nos están sustrayendo y malvendiendo parte de nuestro
patrimonio común en beneficio propio.
Se ha llevado, malévolamente, a la
mente de muchas personas que, a la vista de la “GRAN CORRUPCIÓN DE LOS POLÍTICOS”, la llamada, “PEQUEÑA CORRUPCIÓN, tiene perdón. Ahora sabemos que la economía sumergida
y en ella se encuentra el comercio de bienes culturales, también, alcanza un
monto en torno a los 90.000 millones de euros anuales (noventa mil millones).
De lo que se deduce que esta cantidad sería capaz, por si misma de resolver los
problemas más acuciantes de España (sanidad, educación, atención social y
pensiones).
Así pues, debe atacarse, por ser
delito, toda acción, en este caso que vaya contar los bienes patrimoniales de
Aragón. Sin distinción de personas, cantidad ni uso.
Los “expoliadores” de yacimientos,
tanto arqueológicos como paleontológicos son una verdadera plaga y un verdadero
problema. El mal que ocasionan al expoliar una tumba celtibérica no solamente
reside en el bien que roban, sino en la pérdida de información necesaria para
poder recomponer nuestro pasado. Una verdadera tragedia que no perturba, en lo
más mínimo, a aquellas personas que solamente buscan el beneficio económico pero que, luego y a su vez, gritan como energúmenos contra la corrupción de los políticos (es la capa que les cubre).
Pongamos cada cosa en su sitio. Pero,
pongamos a los expoliadores a buen recaudo. Aragón tiene una larga experiencia
histórica en la venta de PATRIMONIO. Ahora que tenemos una Ley, hagámosla
cumplir, por el bien de todos. Lucha sin descanso contra los talibanes de
nuestro patrimonio.
Bueña
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