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lunes, 19 de noviembre de 2012

Noviembre2012/miscelánea TERUEL ( I V ) FRANCÉS DE ARANDA Y GIL SÁNCHEZ MUÑOZ

TERUEL
(Cuarta  parte)
Por José María Quadrado (1819-1896)
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RECUERDOS Y BELLEZAS DE ESPAÑA (ARAGÓN)
En las angostas si bien aseadas calles, pocas ventanas ojivas, pocas torres almenadas evocan en la memoria las tumultuosas escenas de la Edad Media; pero la altura y el pardo tinte de los muros prestan a las casas solariegas un aspecto sombrío y fuerte análogo a su historia de asechanzas, combates, asaltos, al par que atestiguan la magnificencia de sus primeros poseedores. Rodeada de pórticos la plaza, cuyo testero realza la fachada de las casas municipales y cuyo centro adorna vistosa fuente, debe su animación y colorido local un encanto pintoresco igual casi a la poesía de los monumentos y superior al de la regularidad de modernas construcciones:  el frontis del edificio de la Comunidad, hoy día de la Diputación provincial, con sus corintias columnas, con sus adornados balcones y con su remate adusto como el de una fortaleza, retrata bien la gravedad de los antiguos funcionarios y la robustez de la institución a que estuvo consagrado.
De las familias esclarecidas, de los personajes eminentes que brotaron en Teruel, pocos la decoraron de otro modo que con el esplendor de su mismo nombre. Francisco de Aranda, varón ilustre y santo, que abandonando las grandezas de la corte fue perseguido en su retiro por honras todavía superiores (1), abrió un asilo a los pobres vergonzantes de su patria. Gil Sánchez Muñoz, quien con su renuncia al pontificado que en Peñíscola le confirieran los cardenales bajo el nombre de Clemente VIII, puso fin al obstinado cisma de la Iglesia, no legó a Teruel sino su cabeza, separada del cuerpo, que obtuvo sepulcro en su cátedra episcopal de Palma de Mallorca.

(1)                       D. Francisco de Aranda, nacido en 1346 y paje en su niñez del rey Pedro IV, fue caballerizo mayor de Juan I, quien le confirió la educación de un hijo suyo. Habiendo éste amanecido muerto en la cama, el rey, indignado, tuvo preso al ayo por algún tiempo en el castillo de Morella, hasta que se descubrió su inocencia. Después de contribuir Aranda a conservar la corona a Don Martín, cuyo amigo había sido desde la infancia, a los 52 años, en 1398, entró fraile cartujo en Porta Celi, firmándose Francés de Aranda donado a Dios. Nombrole embajador  en 1407 el Papa Luna para terminar el cisma con Gregorio XII, y en 1412 el reino de Aragón le erigió en unión con el obispo de Huesca y Berenguer de Bardají para arreglar la sucesión a la corona en el parlamento de Caspe. Murió en 1421, y dejó a los vergonzantes de Teruel las salinas de Armillas.
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"En la plaza del Palacio Epicopal fue elevado un monumento al Venerable Aranda, fundador de la Santa Limosna, a instancia de don Mariano Muñoz, para lo que se aprobó en un certamen el proyecto del pedestal, presentado por el arquitecto Garriga. Se colocó la primera piedra en 31 de mayo de 1894. El pedestal costó 5.560 pesetas. La estatua se calcula en 7.000 pesetas y fue realizada por Carlos Palao, que proyectó también unos sarcófagos con estatuas yacentes de los Amantes." (Santiago Sebastián)
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