"La arquitectura, desalojada de los templos, se refugió a sus arábigas torres levantadas sobre arcos, y que por su pie abren paso a la calle con pintoresca osadía."
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RESUMEN
José María Quadrado y Nieto es un católico convencido y un romántico empedernido. Cuando llega a Teruel se encuentra con una ciudad que ha conservado el sabor medieval en sus calles, en sus monumentos y en su historia. Admira el paisaje que un romántico desea ver, las historias románticas que desea oír y las gentes, todavía inocentes, que guardan en la tradición su mas rico legado: “Los Amantes de Teruel”. Queda prendado por una ciudad, a pesar de estar menoscabada por el barroco y en la que le sorprenden las construcciones arábigas. Lo que no encuentra de belleza arquitectónica en las iglesias, lo encuentra en las torres cuando dice: “La arquitectura, desalojada de los templos, se refugió a sus arábigas torres”. Termina “haciendo suya” la leyenda de Los Amantes de Teruel, en el sentido de su reinterpretación personal. La ciudad de Teruel es generalmente reconocida, en el XIX, como la ciudad más liberal de España tras la de Cádiz. No en vano resiste los embates del Carlismo sin que melle su espíritu. Contra sus muros perdió el bastón de mando el general Marco de Bello. Teruel no se abrirá al exterior hasta 1901 que llega el ferrocarril y será en torno a 1921, 20 años más tarde, cuando Torán haga la elegantísima escalinata. La diligencia era un tortuoso viaje hasta Calatayud o Valencia. En este contexto, encuentra el menorquín, la ciudad perfecta del pensamiento romántico español.Para acceder a cada uno de los capítulos, pinchad en estas direcciones:
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