LO QUE VALE FIRMAR UNA HIPOTECA
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“La ética no se ocupa de cómo alimentarse mejor o de cuál es la manera más recomendable de protegerse del frío ni de que hay que hacer para vadear un río sin ahogarse, cuestiones todas ellas sin duda muy importantes para sobrevivir en determinadas circunstancias; lo que a la ética le interesa, lo que constituye su especialidad, es cómo vivir bien la vida humana, la vida que transcurre entre humanos. Si uno no sabe cómo arreglárselas para sobrevivir en los peligros naturales, pierde la vida, lo cual sin duda es un fastidio grande; pero si uno no tiene ni idea de ética, lo que pierde o malgasta es lo humano de su vida y eso, francamente, tampoco tiene ninguna gracia.
Fernando Savater. Ética para Amador. Editorial Ariel. 27ª edición.
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Este libro que citamos arriba debería ser obligatorio (como tantas cosas) en la enseñanza de las escuelas de España. Explica de forma clara y sencilla los conceptos básicos con los que tiene que manejarse un individuo. La Regla de San Benito se resumía bajo la frase: “Ora et labora”. Que viene, también, a resumir la filípica de Savater. Se trata de desarrollar los recursos para mantenerte vivo, bien alimentado, casa, cuidados médicos, etc., por una parte, y por la otra, cómo me relaciono con los demás: la familia, los amigos, la conducta en los diferentes ámbitos de la vida, etc., etc. Así pues, si un individuo está bien educado, deberá conseguir un trabajo (sobrevivir) y formar una familia y un ámbito social (relacionarse y proyectarse como persona).
A lo largo de mi vida profesional he tratado, siempre, de desarrollar estos dos conceptos entre mis alumnos. Pienso que con éxito dispar, pues uno no tiene las manos libres totalmente e interviene también en la educación, la familia (entorno próximo) y la sociedad (lejano). Sin embargo, sí es de reseñar la aparición progresiva en nuestro sistema educativo de alumnos con, cada vez, menor capacidad de ganarse la vida y de relacionarse con los demás. Dos fallos fundamentales y que conducen a una vida en precario y finalmente a achacar la culpa de nuestros fracasos a la “sociedad”. El ejemplo más cotidiano es el del alumno al que todo se le permite y al que no se le exige ningún esfuerzo. Desde bien pronto trata de ser protagonista en la clase y en el patio. Molesta a los compañeros, no deja dar la clase, no trabaja, no hace deberes ni estudia, Así, día tras día, obteniendo como calificación del profesor el famoso “progresa adecuadamente” que tanto mal ha hecho en la educación española. Ahora sigue aprobando, pues los contenidos que se imparten están adaptados a su capacidad y si suspende, la culpa es del maestro. Una vez que ha terminado su enseñanza obligatoria, sin haber aprendido un “oficio”, tenemos a nuestro alumno de mano de obra barata. Mientras la economía ha ido bien el chico sacaba un jornal que se gastaba íntegramente en sus caprichos, coche tuneado, porros, alcohol, etc, etc. Si acaso les iba justo en casa, donde come y duerme gratis, la madre se buscaba algún trabajo extra (fregar escaleras, cuidar enfermos de noche, etc.). Para establecer relaciones con las chicas de su edad, resulta que también tiene problemas, es tímido, no le salen las palabras, no tiene temas de que hablar y su formación intelectual es bastante escasa. Pero para eso se ha inventado una actividad que ha tenido mucho éxito: “El Botellón”. Consiste, en esencia, en beber "sin conocimiento" y tomar de forma acumulativa otras “sustancias” hasta llegar a la euforia. Perdida la vergüenza, ya podemos decirle a la chica que nos gusta cualquier cosa, venga o no a cuento. Como la chica ha seguido (en esto también hemos conseguido la igualdad entre los sexos) unas pautas de conducta semejantes al chico, llega lo que tiene que llegar. Los chicos quieren ahora tener piso y vivir en pareja. Ciertamente, dicen los padres, esto es ahora lo normal y además tienen derecho. Dos personas cuya formación profesional y ética es bastante deplorable se sientan en una oficina bancaria dispuestas a firmar lo que les pongan por delante. No importa que su trabajo sea precario, que el sistema entre en crisis (el sistema capitalista tiene crisis cíclicas), no importa nada de nada y estampan su firma en tan precioso documento que guardarán en su nueva casa, con más calor, que los títulos académicos que con tanta afectividad y facilidad les regalaron los profesores. El argumento básico de esta compra que no se pueden permitir es: TENEMOS DERECHO. Porque el derecho a la igualdad que consagra la Constitución Española hay que respetarlo a rajatabla. Pero, qué hay de ese derecho a la igualdad, en el esfuerzo, en la dedicación, en la entrega, en el estudio…. De eso, no dice ni media la Constitución, sólo dice que “tengo derecho a la igualdad”. Como estudió poco, ha firmado una hipoteca que en realidad es un crédito personal con el aval del piso. Si llega el momento de que se queda en paro, el banco le retirará el piso. Gime ahora nuestro mal estudiante pidiendo la “dación en pago”. Pero ese no es el contrato que él firmo. Una hipoteca con “dación en pago” es más cara. Finalmente, si se cambia la fórmula hipotecaria se perjudicará a las generaciones siguientes. Las hipotecas serán más caras y la cantidad que el banco te preste será, lógicamente, menor. El mal estudiante, igual que cuando estaba en clase, que ni estudiaba ni dejaba, ahora no tiene piso y perjudica a los que sanamente quieren comprarlo. Se ha roto con la pedagogía del esfuerzo y la ética. “¿La Ética… eso qué es?”. Naturalmente... una gilipollez.
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Con fecha del 18/11/12 ya ha publicado la AEB que en el futuro será más difícil tener un piso en propiedad. Las hipotecas con "dación en pago", lógicamente, serán de menor valor que el piso y tendrán una prima de riesgo añadida.