NATI CAÑADA
(De su página Web)
Los primeros dibujos son del verano del 57, en Oliete,
mis hermanos, la iglesia, las calles del pueblo, un autoretrato que se ha
perdido... Comencé a ir al estudio de mi padre cuando todavía iba al colegio, y
completamente influida por él aprendí: carboncillo, estatua, bodegón,
retrato... todo académico, aunque de vez en cuando me desmando: "Iglesia
de Oliete", "Barcos Amarillos"...
Luego la Escuela de Bellas Artes, más academia...
Me caso y vengo a vivir a Madrid, ya no está mi padre,
profesor, que me guíe, me enseñe... naturalmente viene la reacción, la
deformación, me desmando del todo.
Es apasionante, no
hay dibujo, ni proporción, ni claroscuro obligatorio...
[Modula Id='1']
Poco a poco el trazo se vuelve más fino, la pintura
más delicada. Los fondos se apaciguan, azul gris liso, como si fuera el espacio
vacío. Las figuras, los retratos, los bodegones, todo es cada vez más
transparente, las telas siempre blancas, todo lo blanco me atrae de manera
especial, no es que pinte todo blanco, es que busco cosas blancas para pintar.
El espíriru, si tuviera color, creo que sería blanco. Mi casa es blanca, las
paredes, las tapicerías, colchas, cortinas, toallas... también yo visto totalmente
de blanco desde hace 10 años...
Pinto una serie de
espíritus, tienen cabeza y manos pero no tienen pies... soy incapaz de pintar
pies, todo flota en el espacio, es mi etapa más etérea.
[Modula Id='2']
Poco a poco el trazo se vuelve más fino, la pintura
más delicada. Los fondos se apaciguan, azul gris liso, como si fuera el espacio
vacío. Las figuras, los retratos, los bodegones, todo es cada vez más
transparente, las telas siempre blancas, todo lo blanco me atrae de manera
especial, no es que pinte todo blanco, es que busco cosas blancas para pintar.
El espíriru, si tuviera color, creo que sería blanco. Mi casa es blanca, las
paredes, las tapicerías, colchas, cortinas, toallas... también yo visto
totalmente de blanco desde hace 10 años...
Pinto una serie de
espíritus, tienen cabeza y manos pero no tienen pies... soy incapaz de pintar
pies, todo flota en el espacio, es mi etapa más etérea.
[Modula Id='5']
En esos fondos azules tan limpios, van apareciendo
unas nubes, primero blancas, luego más grises y al final casi tormentosas. Las
nubes representan para mí el estado de ánimo de una persona.
Poco a poco me va interesando más la materia, pinto
personas con ropa mojada (luego me entero que Fidias mojaba la ropa de sus
modelos), árbole, hojas, frutas, papeles arrugados, roturas, cerámicas...
Y un cuadro hallazgo:
el retrato sepia de Dina de Laurentis. Me encargan un dibujo de unas manos para
ilustrar un libro de poemas.A mí me gusta el dibujo pero domino más el pincel
que el lápiz. Se me ocurre hacer un dibujo sepia pero con pincel. Me gusta
tanto el resultado que prubo con el retrato que estoy pintando entonces: Dina,
la hija de Dino de Laurentis. Queda una especie de antigua foto amarillenta,
monocroma, con manchas y desperfectos. Es un "cuadro hallazgo" y
"cabeza de serie".
[Modula Id='6']
Aquí no es que la materia sea sutil, pero estática, es
que está en continua evolución.
Empieza una serie de obras, todas con la misma
intención: materia - hombre - espíritu...
Mi padre pintaba muchas piedras, yo me sentía completamente
ajena a ese mundo y curiosamente a los dos meses de su muerte, viajo a Londres
para ver los mármoles del PArtenón de Fidias y hay un flechazo que todavía
dura. Pinto las diosas del artenón, la Diana Cazadora, Torsos, Venus...
piedras, materia, materia...
Pero en el homenaje a
Fidias ya está presente la evolución de la materia. La figura de la derecha
surge del caos, poco a poco se concreta, gana armonía, limpieza, y cuando ya ha
alcanzado la plenitud sólo le queda desvanecerse y fundirse con esa luz de
arriba a la izquierda... donde para mí está Dios