Contrariamente a lo que pudiera
parecer el exceso, el apabullante exceso de información que recibe el
individuo en la sociedad actual, hace el efecto contrario al esperado: produce
desinformación/desorientación. La mass-media de la población anda perdida en un conjunto
de asuntos que le son de vital importancia para su vida y la de su familia. Es
el caso de la educación o la sanidad.
A tal efecto, organismos
internacionales como la OCDE hacen informes públicos para tratar de
desenmascarar la maraña producida por la fuerte producción y divulgación de datos
contradictorios. También hay ránquines a todos los niveles en los que, en una
lista detallada, te ponen los mejores colegios o los mejores hospitales de un
país o de una región.
Concretamente, en educación, hay un
día de puertas abiertas. Ese día los padres pueden ir a ver el colegio en que
van a ayudar a educar a su hijo (la educación es una competencia exclusiva de padres o tutores). Un guía los introduce en el complejo escolar y les
cuenta lo que no está escrito. Marchan los padres a casa tan contentos. Al poco
tiempo se encuentran con otros padres que han visitado otro colegio y les
cuenta, también, maravillas. La duda ya está sembrada. ¿A que colegio llevaré a
mi hijo para que le den la mejor educación?
Una cosa esencial para los padres es
el horario (para conciliar) y las instalaciones (buenos campos de deporte y
pabellones), el comedor escolar (es vital). La proximidad del colegio es importante pues puedo dejar a los
hijos de camino al trabajo. Etc., etc.
Bien, pues, toda esa parafernalia que
se monta en torno a cuestiones tan ajenas a la educación del hijo carece de
importancia para el fin que se pretende.
¿Qué debe hacer un padre responsable
de la educación del hijo?
Es algo muy sencillo y que nadie
hace. Se trata de pedirle al jefe de estudios la PROGRAMACIÓN GENERAL ANUAL de
dicho colegio. En ella encontrará (o debería encontrar) el padre el modelo de
educación que le proporciona ese colegio en particular. La programación es un resumen codificado.
Con ella en la mano y pasado un año
el padre debe evaluar si lo recibido corresponde con lo prometido en la
publicidad.
Y, ahora, tres conceptos que debe
diferenciar un “buen” padre: Ilustración, Instrucción y Educación.
En la actualidad la palabra EDUCACIÓN,
que se introdujo en el sistema en tiempos de Franco, es el enunciado correcto y a lo que debe
responder el sistema estatal, tanto público como privado. El sistema normativo de
enseñanza de cualquier país pretende la educación del individuo, más que la
propia instrucción (conocimientos a palo seco). Y ¿qué es la EDUCACIÓN? Pues
sencillamente poner al alumno en “sintonía” con los conocimientos, actitudes y
valores de la sociedad en la que vivimos. Nada más ni nada menos.
Si tras una fiesta universitaria, los
participantes dejan el parque cubierto de basura. Es seguro que no están bien
EDUCADOS, aunque sepan de carrerilla la lista de los reyes godos.
Esto en lo que toca a educación, pero en SANIDAD, nos
pasa tres cuartos de lo mismo. La pandemia del COVID-19 nos ha puesto en nuestro
sitio. De ser el español uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, hemos pasado a la hecatombe.