NUESTRO PATRIMONIO
HISTÓRICO Y CULTURAL
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Dice el pedagogo Gimeno Sacristán, que “curriculun” es “el resumen codificado de la cultura que queremos trasmitir”. La cultura, entonces, tiene que ser patrimonio de todo un pueblo y de todos los pueblos. De ahí que tienda a universalizarse y a indiferenciarse. Caminamos pues, hacia la aldea global y nuestra cultura tradicional debe incorporarse a la cultura universal si quiere sobrevivir.
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Dice el pedagogo Gimeno Sacristán, que “curriculun” es “el resumen codificado de la cultura que queremos trasmitir”. La cultura, entonces, tiene que ser patrimonio de todo un pueblo y de todos los pueblos. De ahí que tienda a universalizarse y a indiferenciarse. Caminamos pues, hacia la aldea global y nuestra cultura tradicional debe incorporarse a la cultura universal si quiere sobrevivir.
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Le
llamaremos así porque, de esta forma, abarcamos a todo su conjunto de manera
indiferenciada. Todo aquello que sale de las manos o de la mente del hombre y
todo aquello que se incorpora a nuestra cultura desde tiempos anteriores a la
aparición del hombre sobre la tierra, nos referimos a la paleontología, forma
parte de nuestro PATRIMONIO. El siglo XX ha sido nefasto para nuestro
patrimonio. Comenzó el siglo con una profunda crisis que dio lugar al expolio y
a la venta de muchas obras de crucial importancia para podernos identificar con
nosotros y con nuestra historia. Véase el expolio del Santuario de Peñalva de
Villastar o la venta de los artesonados mudéjares de Teruel. La pobreza alentó
la simonía y nació un mercado de compra y venta de piezas artísticas en toda la
provincia. Capítulo aparte merece la Guerra Civil (36-39) y sus nefastas
consecuencias en Teruel capital y en toda la parte oriental de la provincia. La
entrada en Aragón de las milicias anarcosindicalistas y la quema sistemática de
iglesias, ermitas y santuarios para convertirlas en almacenes fue, delirante.
Tras la guerra la recuperación es lenta y el tráfico de obras de arte sigue
(Erik “el belga” y el caso de Roda de Isábena, por ejemplo) siendo un buen
negocio. La segunda mitad del siglo XX se caracteriza por la catalogación del
patrimonio artístico, trabajo que encabeza Santiago Sebastián y por la asunción
de competencias en esta materia por Aragón tras la Constitución de 1978.
Durante la última parte del siglo XX se han visto cosas muy interesantes en la
provincia. La declaración de PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD, de los premios EUROPA
NOSTRA y la valoración y respeto por el arte de la población en general ha sido
un avance significativo. El Mudéjar alcanza su máximo respaldo en Teruel y, Dinópolis
y su Fundación, alientan una corriente investigadora muy notable. Con todo, la tarea
es ingente y talleres de restauración como el de Albarracín tienen pendiente
tarea para muchos años. El punto de inflexión lo podemos situar en 1980 con
este folleto o GUÍA provincial, de muy baja calidad en todos los aspectos. Por
ejemplo, se atribuye la autoría de la ermita de la Virgen del Carmen, en Teruel,
al modernismo y a "Monguió". Pero, rápidamente se inician las transferencias a
Aragón en esta materia. Transcurrida una treintena de años desde que se
iniciaron, podemos decir que el balance es muy positivo y que si en otras
materias puede cuestionarse la autonomía, en esta del patrimonio, no. Estos
tres libros que presentamos corresponderían a tres momentos de nuestra historia
reciente: Santiago Sebastián marcó una época, las transferencias otra, y el
pleno ejercicio de las responsabilidades por parte de Aragón, una tercera.
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Editado en 1980.Imprenta García, Teruel.
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Félix Benito Martín. Inventario arquitectónico. Teruel. D. L. 1991. DGA.
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Planimetría: Manuel Sande de Costa y Elena Sandoval Quintián.
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Diseño cubiertas: Jorge Gay
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Patrimonio material
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Patrimonio perdido por la guerra.
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Patrimonio creado.
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Patrimonio "despistado". Se retiró de la Glorieta y no se ha colocado en ningún otro sitio.
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Natural de Crivillén (Te-1908-85) es considerado como uno de los mejores escultores españoles del siglo XX.
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