ROMPER LAS BARRERAS ARQUITECTÓNICAS
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Nos dotamos de leyes y de instituciones
encargadas de velar por su cumplimiento pero, luego, vemos que el “sistema” no
funciona. Se incumple sistemáticamente la norma y si alguien reclama se le
aplica el apelativo de radical. Sucede en Teruel, cansados estamos de verlos y,
sucede, en innumerables pueblos de Aragón. Me decía mi amigo Juan José Domingo
que cuando fue a hablar con la alcaldesa y le comunicó este asunto, ella, vino
a replicarle, que eran conscientes pero por no poner trabas hacían la “vista
gorda”. Es el mismo caso de Encinacorba y los “retretes” que se han construido,
tras adecuar las consiguientes rampas, para que puedan llegar a ellos las
personas con dificultades de movilidad. Es evidente que no se ha conseguido el
fin que se perseguía. Una persona con silla de ruedas, podrá llegar hasta los váteres, pero difícilmente podrá penetrar en ninguno de ellos porque no se cumplen las
medidas.
Estamos aquí de nuevo ante la LEY de los HECHOS
CONSUMADOS. Una vez hecha la obra y gastado el dinero el hipotético denunciante
acabará siendo criticado y, solamente, por razón de hacer cumplir la
legislación vigente.
¿Por qué extraña razón tropezamos
tantas veces en la misma piedra?
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