LA AUTOVÍA DE LAS CUENCAS MINERAS
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La expresión “intercomarcal” no ha
triunfado entre nuestros políticos ni, tampoco, entre la sociedad turolense. La
palabra que define mejor nuestros problemas y nos hace estar unidos es la de
PROVINCIA. La provincia de Teruel es un espacio en el que todos sus habitantes
se sienten por igual y comparten el mismo agravio: el olvido. La provincia es
una división administrativa que se formula con la Constitución de Cádiz y que
toma cuerpo con el decreto de Javier de Burgos tras la muerte de Fernando VII. La
circular, pues, tiene efecto desde noviembre del año 1833. Para noviembre de
este año se cumplirán los 186 años de existencia de esta peculiar división
administrativa, en principio, tan anacrónica.
Una de las tareas de esta nueva etapa
política debería haber sido la de “vertebrar el territorio” y como una de las
primeras tareas potenciar los ejes de comunicación existente. Uno de estos ejes
era el corredor del Jiloca, por el que pasaba desde hacía cientos de años la
vía romana Cesaraugusta-Laminio. El segundo eje es el que sacaba al mar toda la
riqueza de la lana, la llamada “Ruta de la Lana” o Camino de los Pilones”. El
tercer eje tenía que ver con el valle del Ebro y debería poner a la “Tierra
Baja” en posición de salida al mar.
Nada se hizo y, entre guerras civiles
y caciquismo, el territorio que salía de una época de riqueza durante siglos
XVII y XVIII fue perdiendo oportunidades y sumando gentes en el duro camino de
la migración Ahí está uno de nuestros más ilustres y universal de los escritores,
Blasco Ibáñez hijo de aragoneses emigrados a Valencia (Aguilar de Alfambra y Calatayud).
En la actualidad a Teruel no
solamente le faltan gentes en la provincia sino que, también y, sobre todo,
impulso de sus intelectuales, a falta, claro está, de una burguesía que nunca
nació (se quedó en caciquismo rural) y de una clase política que siempre presumió
de mantener excedentes presupuestarios para asegurarse el sillón ante Madrid
(penosos).
Con todas las manipulaciones y todos
los intereses políticos que se quiera, lo cierto es que solamente nos queda “una
fuerza viva” capaz de afrontar el reto provincial ante el espanto y y el
soslayo de nuestra “clase” política, se trata de TERUEL EXISTE.
Anda TERUEL EXISTE alentando por
nuestra provincia el proyecto para construir la Autovía de las Cuencas Mineras.
Una idea, básica, necesaria y clave, para nuestra salvación. Para la salvación
del conjunto provincial si es que todavía tenemos salvación. Desde luego,
merecen todo nuestro respeto, siquiera sea por la fe con la que trabajan y lo
acertado de la propuesta.
Con el paso del tiempo y con el
proceso irreversible de desertización de nuestra provincia se hace más
necesaria que nunca la unión de todos. Dejando aparte, eso sí, matices,
pequeñas divergencias e intereses partidistas y partidarios. Seguramente deberíamos ser conscientes TODOS de la necesidad perentoria de ir hacia una nueva convergencia y una eficaz unión provincia. El asunto es, no ya serio, sino altamente alarmante. Nuestro futuro está
más que comprometido.
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