Tormón, en la provincia de Teruel
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LA SOSTENIBILIDAD
(Charrada camino de Tormón)
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No es necesario que nadie nos
explique a los turolenses lo que es la sostenibilidad. Ángel Torres Escriche me
explicaba que su padre, agricultor turolense, era un ecologista nato. Marchaba
a la huerta con su carro y su burra, allí, tras hacer las labores agrícolas
recogía un brazado de ramas de chopo. Las ramas, llegado a casa, se las echaba
a los conejos que las roían. Después cogía los troncos mondos y los troceaba
para a la noche encender el fuego del hogar. Explotar un recurso por debajo de
su potencialidad para que permanezca, es sostenibilidad. Tengo otro amigo,
Chabier de Jaime, que nos ha metido en la cabeza lo del chopo cabecero. Este,
también, es un ejemplo magnífico. Los ríos de la provincia apenas son
riachuelos y en escasas ocasiones su erosión ha creado un valle suficientemente
amplio para que la vega sea próspera. Las gentes de esta tierra, de mi tierra,
desde antiguo han plantado los chopos a ambas orillas del río, han practicado
la escamonda y han sacado “varas” rectas para vigas o para leña. El árbol ha creado
sombra para que el entorno sea fresco y verde, le han nacido setas en el
tronco, los pájaros han hecho su nido y el hombre le ha cortados las ramas
bajeras para los conejos y para el fuego. Todo ello antes de que llegue a ser una toza que haya
que desechar y replantar. Seguramente también, ese año para San Antón, la toza
arda en la hoguera del pueblo y en su rescoldo, se asen, morcillas y chuletas
de cordero. Cuando el territorio no pudo soportar una población que consumía más que producía, llegó la
emigración. Demasiada emigración pues, muchos entornos naturales no se pueden
mantener por falta de brazos. Y es que las cosas no se hacen con la suficiente
planificación.
Hay tres proyectos en nuestra
provincia que no son sostenibles, eso, un ciego lo ve: Motorland, aeropuerto de
Caudé, el proyecto acuático de Lechago. No se informa de sus balances
económicos y no se nos dice cuantos años costará amortizarlos. Millones y
millones de euros para un aeropuerto cuyo objetivo es que aquí aparquen a bajo
coste aviones provenientes de todo el mundo. Si lo piensas es de locura. Pero, una vez que hemos comprado el “simio”, como dice la gente: “leña al mono”. En el escandalosamente populista Diario de Teruel (dirigido por el PAR) todo es “vendernos la moto” (ahora otros 900.000 euros). La gente, alguna gente poco informada, está tan satisfecha con que haya unos cuantos aviones aparcados. Claro
que, como en otras partes se han hecho barbaridades mayores, ésta, parece ser
que tiene excusa. La enorme cantidad de recursos que se han gastado en esos
macroproyectos “insostenibles” hubieran venido bien para adecentar y
reequilibrar la provincia con pequeñas empresas que dieran vida al territorio. Para adecentar, por ejemplo, un tren que nació en 1901 y que todavía le cuesta ir de Teruel a Zaragoza, tres (3) horas. Todo se ha hecho a lo grande… era la época del ladrillazo y las fantasías. Era,
también, la época de las grandes comisiones. Hay quien ha dicho: “ABORREZCO A
LOS CORRUPTOS”. ¡Señor! Lo que tenemos que oír y aguantar el pueblo llano.
Admiré a Ángel Torres (padre e
hijo) y admiro a Chabier. Me fío de estas gentes y se que nunca me engañarán ni
me fallarán. Hablo de ellos, de las personas, no de los partidos.
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El tormón, la maja y el cuervo.
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El tormón
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El cuervo
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La maja
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