Ponemos punto final a las fiestas de la Navidad y de Año Nuevo. Toca desmontar el árbol, el belén y ordenar las cajas de
los regalos de Reyes. Todo vuelve a su estado cotidiano y a las preocupaciones habituales.
Entre ellas, la falta de lluvia, que sí, se hace ahora preocupante. La provincia
despidió el año con el estruendo aterrador de la muerte de dos guardias civiles
y un querido vecino de Andorra. Suceso
luctuoso y de difícil asimilación. Teruel es tierra de paz y sosiego, por ello, el clamor popular se ha hecho patente.
Para este año 2018 pedimos al Estado
y a los distintos Gobiernos que sepan repartir, armónicamente por toda la provincia, los beneficios
de las necesarias y necesitadas inversiones en infraestructuras para sacar a TERUEL, de
una vez por todas, del furgón de cola de las estadísticas nacionales.
Pedimos fuerza y empuje a nuestros
políticos, a los empresarios, a lo sindicatos y a las fuerzas vivas de la
sociedad civil, entre ellas muy especialmente a TERUEL EXISTE, para que el
progreso y el bienestar lleguen a todos y podamos construir una provincia
modélica.
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