LA FUNDACIÓN AMANTES DE TERUEL PRESENTA
LA ÓPERA “LOS AMANTES”
DE JAVIER NAVARRETE
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Si mi crítica es indigna
tú, al ser bueno, actúa con bondad
para que no arda en el fuego eterno.
*
Si
enim indignus meo review
sed
tu bonus fac benigne,
ne perenni cremer igne.
*ne perenni cremer igne.
Si mi crítica es indigna
tú, al ser bueno, actúa con bondad
para que no arda en el fuego eterno.
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Si un espectáculo quiere llegar al
público de forma, neta e intensa. Si un autor de teatro u ópera no quiere pasar
desapercibido. En definitiva, si de una u otra manera quiere que se hable de él
y de su obra, tiene dos maneras al menos. Una de ellas es, haciendo una obra
profunda, bella y atractiva al espectador. La otra, más directa, la logrará,
¡seguro!, provocando el escándalo.
La obra de Navarrete, con todo, podría
entrar en la categoría de teatro de vanguardia o teatro de provocación y aún
así, con las herramientas que usa, tendría unos resultados discutibles. Pero
entrar en el mundo de la ópera con cierta dignidad es más complicado. Aquí, en
la representación que vimos este sábado, resultó totalmente decepcionante. No
es ni en su contenido, ni en su puesta en escena, una obra a la que pueda darse este notable y pomposo título de ÓPERA.
La obra hace aguas en todas sus
dimensiones, en la principal para una ópera, que es la música, fracasa
completamente. Por esa razón, por ofrecernos un “miserere”, es por lo que
resaltan tanto los demás aspectos. La obra está llena de anacronismos y atemporalidades.
Pero sobre todo, peca de mal gusto, al presentarnos a los personajes
principales de la famosa leyenda. Pero, vayamos por partes…
Para empezar aparece en el vestuario
un abrigo de pieles (esposa de Segura) que afecta a la sensibilidad de la
protectora de animales (eso nos pasa por querer ser modernos). Seguidamente,
Isabel se vuelve loca coge una pistola e intenta el suicidio como forma de
coacción para arrancarles a sus padres un plazo (cinco años) para su amante…
Pero, a la hora de centrarse en temas históricos no da una. La leyenda de
Marcilla tiene que ver con Pedro II de Aragón (1213 batalla de Muret) o en todo
caso pudo intervenir en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212). Ahora que,
plantear la conquista de Murcia ya es muy, pero que muy, peregrino. El "Libreto", según se señala, está "basado en textos medievales". Afirmación muy arriesgada si se hace aparecer en escena al Rey Niño, es decir, a Jaime I el Conquistador que nada tuvo que ver con la vida de Marcilla.
La obra está llena de sorpresas, de
sobresaltos y de atronadores tambores que te destrozan el oído. Una de esas
sorpresas es la que se produce en la boda de Azagra con Segura. Presentar a un
Azagra con dos “emes” (Moro y Maricón) ya es mucho el atrevimiento. Jugar con
la interculturalidad o con la homosexualidad, desde luego no viene a cuento y
sería más propio del teatro. Otra desgraciada escena es aquella en la que
llegando Marcilla de vuelta a Teruel herido de flecha, salen de los
guardapolvos del altar (literal) los Santos Cosme y Damián travestidos.
Sabido es que, ambos santos, nacidos en la actual Arabia Saudí son los patronos
de los médicos y farmacéuticos. También es sabido que en esa misma capilla se
encontraron los restos de los que dicen ser los Amantes de Teruel. Hay aquí una
doble burla, a la religión y a los cuerpos aquí hallados.
Por último señalar los superfluo y
estrambótico de la decoración y del vestuario. El resultado es algo así como
cantar Gregoriano vestido de Punki. La interpretación hecha por actores aficionados es, para lo que se pretende, “FRANCAMENTE” inadecuada.
Con todo, al terminar, la gente
aplaude a rabiar, bueno pues ¡nada! a divertirse y felicitaciones.
Nota: Las voces blancas muy bien.
Nota: Las voces blancas muy bien.
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Isabel, en primer término
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Marcilla
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Retablo renacentista en San Pedro
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