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viernes, 21 de octubre de 2016

Octubre2016/Miscelánea. LOS VEINTICINCO REYES DE ARAGÓN (DE RAMIRO I A CARLOS II)


LOS REYES DE ARAGÓN EN VEINTICINCO LÁMINAS QUE REPRODUCEN RETRATOS PINTADOS EN EL SIGLO XVII

CARMEN MORTE GARCÍA Pintura y política en la época de los Austrias: Los retratos de los reyes de Sobrarbe, condes antiguos y reyes de Aragón para la Diputación de Zaragoza (1586), y las copias de 1634 para el Buen Retiro de Madrid.
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La galería de retratos iniciada en 1586 la encargaron los diputados de Aragón al pintor italiano Felipe Ariosto, para el salón principal del palacio de la Diputación del reino de Aragón, en Zaragoza. Constaba de cuarenta retratos, de los que Ariosto pintó treinta y ocho. Los del emperador Carlos V y Felipe II se reservaron al pintor de corte Alonso Sánchez Coello. Las Inscripciones latinas, colocadas debajo de los cuadros, las había ideado el cronista Jerónimo de Blancas , quien también debió configurar todo el programa decorativo de la Sala Real. Las pinturas desaparecieron durante los Sitios de Zaragoza (1808) al incendiarse el edificio. El valor histórico de esta galería aragonesa de retratos reales lo indica el número de copias hechas en diversas épocas, tanto para Aragón como para fuera de las fronteras del antiguo reino. Algunos de estos originales se copiaron para el Alcázar de Madrid, al parecer poco después de 1587 . Pero el ciclo completo se copió en 1634, a petición de Felipe IV, para decorar una de las salas del palacio madrileño del Buen Retiro. En esa fecha el número de cuadros era de cuarenta y dos por haberse incluido en la serie el retrato de aquel monarca y el de su padre, Felipe III. Las copias se encargaron a los pintores Francisco Camilo, Pedro Urzanqui, Andrés Urzanqui y Vicente Tió. En la actualidad son propiedad del Museo del Prado y se encuentran repartidas en diversos lugares de la geografía hispana. Estas pinturas del siglo XVI, destinadas al palacio del Buen Retiro, junto con los retratos de reyes y condes pintados por Ariosto en 1588 para la Diputación de Barcelona (hoy en el Museo Militar), constituyen un testimonio gráfico imprescindible para reconstruir los retratos reales de la Diputación de Zaragoza.