Torremocha del Jiloca, tendido en la
llanura del alto Jiloca, guarda silencio. Las calles, bien encementadas te
llevan al campo. Hacía el Jiloca, huertas; hacia Palomera cereal, carrascas.
Está bien compuesto y arreglado en lo sustancial. Falta, quizás, lo más
importante: gente. Paseas por sus calles solitarias y observas las casas, casi
todas arregladas y en casi todos los casos la paleta del albañil ha ocultado la
arquitectura popular y la estructura de la casa (agropecuaria). Los que
trabajan lo hacen en el monocultivo del cereal y las granjas, el resto,
jubilados. Aquí gobierna el PP porque los vecinos no quieren “jaleos”, son
pocos de hecho y, aunque de derecho representen un mayor número, los que
cuentan de verdad son los que “duermen aquí”. La vida social queda delimitada
por las fiestas, por el veraneo (tienen piscina) y, también, por algún
acontecimiento luctuoso que, lógicamente, se produce de vez en cuando.
TORREMOCHA…. DEL JILOCA
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La razón del apelativo “del Jiloca”
bien pudo tener que ver con la construcción del Ferrocarril Central de Aragón. Las razones para poder distinguirlo de otros “torremochas”
de España podrían situarse en las siguientes ocasiones. En primer lugar en el
año 1756 se crea el servicio de Correos y con tal ocasión podría haberse
pensado en distinguir los pueblos a los que iba a llegar la correspondencia,
pero en estas fechas, ahora hace 300
años, nada se hizo. Otra de las fechas claves para distinguir el lugar podría
haber sido la creación de las provincias y Ayuntamientos en 1833 (Javier de
Burgos) tampoco, en esta ocasión, se hizo nada. Así pues pensamos que debió ser
con la construcción del Ferrocarril Central de Aragón que empieza a funcionar
en el año 1901. Recordar que el servicio postal circulaba por el tren. Consta
documentalmente (Ubieto) que hasta el año 1910 se llamó Torremocha a secas.
Será, según este autor, en el año 1920 cuando aparezca documentalmente como
TORREMOCHA DEL JILOCA.