CUANTO PEOR, MEJOR
(Cuando llegó la crisis económica, el PSOE, en vez de combatirla decidió usarla en su propio beneficio, alentando un movimiento de INDIGNADOS que a la postre le resultó muy perjudicial, incluso, para su propia supervivencia como partido.)
(Cuando llegó la crisis económica, el PSOE, en vez de combatirla decidió usarla en su propio beneficio, alentando un movimiento de INDIGNADOS que a la postre le resultó muy perjudicial, incluso, para su propia supervivencia como partido.)
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Es una expresión que se le atribuye a
la izquierda política. Sobre todo, a la izquierda política, sindical y
revolucionaria. Para que el obrero/campesino haga la revolución tiene que estar
hambriento, tiene que estar desesperado y en una situación en la que la ruptura
del orden vigente sólo le reporte algún tipo de beneficio. Uno de los ejemplos
más claros se dio en España durante la Segunda República. La demanda más
generalizada de una España rural era la anhelada reforma agraria. El PSOE nunca
la hizo porque planteó la siguiente dicotomía: primero la revolución y después
la reforma agraria. Evidentemente si a un jornalero le dan entre seis y ocho
hectáreas de tierra y los medios para producir… ese campesino ya no hará la
revolución y, por el contrario, votará a partidos que le garanticen mantener su
estatus. Por esa misma razón, para lograr “motivar” al campesinado, se hizo la
Huelga General del Campo en un año de buenas cosechas. Obrero bien alimentado,
no hace la revolución. Este planteamiento le ha vuelto a pasar factura al PSOE
durante la última crisis económica y ahora recoge el fruto de aquellos
disparates. Recuerdo las manifestaciones del 15M. Todos los días iba a la plaza
de San Juan de Teruel donde se manifestaban los INDIGNADOS. Era una
manifestación ilegal, pero consentida por el gobierno socialista. Los
indignados estaban debajo de las ventanas del Gobierno Civil (Subdelegación)
sin que nadie les importunara. Esperábamos en la plaza a que llegara la
patrulla de la Policía Nacional que respetuosamente pedía a un responsable le
indicara el número de acampados. Una vez tomado nota desaparecían de allí, sin
que nadie les molestara para nada.
El PSOE pensaba cosechar los frutos
de ese descontento. Llenar las urnas con los votos de los indignados, pues la
crisis no era culpa suya sino de esos voraces capitalistas. Sin embargo, el
descontento esta vez lo capitalizo Podemos, movimiento y luego partido al que
el mismo PSOE les dio voz en numerosos medios de comunicación.
Para cuando se quiso dar cuenta, el
PSOE, el partido ya estaba dividido por la mitad. De la división del PSOE no
tiene la culpa nadie más que ellos. Ahora están desorientados. Temen equivocarse
de nuevo y que el partido desaparezca. Podemos les promete a todos los
indignados hacerlos FUNCIONARIOS. ¿Quién con dos dedos de frente, cubre esta
apuesta? A este disparate se ha dado en llamar POPULISMO y posee un ansia desmedida de poder. Obsérvese que nunca aparece, en ninguna de sus siglas, la palabra obrero sí, por el contrario, expresiones inocuas como: marea, en común, ciudadanía, ganemos...).
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Vista de uno de los paraísos populista.
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