EL RITO DE LA ROMERÍA
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Nuestra vida está llena de costumbres.
Ésta que celebramos anualmente cuando la primavera ya ha cuajado, es la de la
romería. Es una fiesta antiquísima que como todo acto popular tiene sus pautas.
Todo comienza marcando la fecha en que se celebra cada año, si acaso ésta es
variable pues, suele ir asociada a celebraciones religiosas.
En el día señalado se comienza con
recorrer el camino desde el pueblo hasta la ermita o el calvario. Antiguamente se
hacía el camino a pie y con la comida en las alforjas, ahora, es imprescindible
el vehículo ya que es preciso llevar una cantidad importante cosas para estar cómodo.
No las citaré por evidentes. Una vez en el lugar se empieza por buscar acomodo.
Luego viene la misa, para los que quieren oírla. Seguidamente la bendición de “términos”
asunto en que están más pendientes los agricultores y ganaderos. El
Ayuntamiento, antes de la misa o después de la bendición otorga algún tipo de
agasajo a los vecinos. El colofón es la comida de hermandad en una pradera o
merendero adecentado al efecto. Tras la comida solía haber baile, para lo cual,
sólo eran necesario un gaita y un tamboril. Ahora, se hace en el pabellón o se
produce directamente la dispersión, si acaso,
el día siguiente es laborable.
La romería, heredera de los antiguos
ritos de fertilidad, sigue manteniendo su vigencia dado que, hoy día, se
incorporan otros valores asociados a la naturaleza y al paisaje.
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