Allegro ma non troppo
"alegre pero no demasiado"
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Así funciona la “filarmónica”
aragonesa. Es decir, así funciona el nacionalismo aragonés o el aragonesismo
(tanto uno, como el otro). ¡Cuidado con pasarse! Y claro, de tanto pensar en
ser prudentes y en manifestar sólo, lo “políticamente correcto”, nos quedamos
en porreta. Compárese nuestra actitud
con el “molto allegro” con el que “tocan” su música los catalanes. El
“vivace” catalán hace que el Gobierno español vaya hasta allí (hasta Cataluña)
a satisfacer sus más sutiles exigencias. Mientras unos tienen una magnífica “Xarxa de carreteres” aquí tenemos
por ejemplo… “los Estrechos de Villel”, que no tiene zarzas porque no tiene
cunetas. Bueno, pues todo esto lo mira el aragonés medio como si no fuera asunto
suyo. Eso sí, cuando tienen un percance, en vez de ir a las instituciones y a
los partidos, se lo cuentan al vecino y, ya está (resignación).
Estos días están en candelero las
alianzas. PP-PAR o PSOE-CHA. En ambos casos son letales para nuestra tierra. Es
mejor la refundación que tamañas alianzas. La política bisagrera de Biel y Soro
ha dado como resultado la desaparición de “facto” de estas dos fuerzas
¿políticas? Es decir la dolorosa desaparición del aragonesismo. Ambos partidos
han ido dejando girones de su estructura (si acaso algún día la tuvieron)
por el camino y lo que es peor, el desencanto de la ciudadanía aragonesista.
Política, como dice un comentarista
estatal, de “vuelo gallináceo”. Para recoger hay que sembrar y desde luego no
se está por sembrar, sino por el beneficio o la prebenda inmediata. Aquí, los políticos,
se venden por un plato de lentejas (un enchufe para el hijo, por ejemplo). No
se tiene visión de futuro ni se planifica de cara a la construcción de una
nación con carácter propio y definido.
Por todo ello, leer a Samblancat y
observar la política que se practica a diario, da terror. Se es suicida porque
se es inconsciente de lo que se hace.
Hemos colocado este texto al inicio
para que sirva de piedra de toque. Soros y Aliagas, ¡mal!, ¡muy mal! La historia
os pasará cuentas.
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