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viernes, 10 de abril de 2020

Abril2020/Miscelánea. EL AGUA EN LA AGRICULTURA Y EN LA GANADERÍA

ARAGÓN, TIERRA DE PASTORES
(El agricultor siempre está mirando al cielo)
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Si labras, abonas y siembras el cereal en la tierra, tienes que esperar a que llueva. Si el agua no llega hasta el grano, éste no germina, ni enraíza, ni se desarrolla, ni grana la espiga...  ¡No hay cosecha! Por esa razón, la agricultura en el área de La Cordillera Ibérica de la provincia de Teruel ha sido a lo largo de los siglos básicamente de autoconsumo. Régimen de lluvias, clima y una altitud media de 1.000 sobre el nivel del mar no han sido favorables para el desarrollo de la agricultura. Ignacio de Asso en su libro "Historia de la economía política de Aragón" ya lo señala cuando dice que, la expulsión de los moriscos afectó poco a esta tierra cuya agricultura era de subsistencia.
Sin embargo, Aragón, ha desarrollado con éxito la ganadería extensiva aún con las mismas condiciones climáticas. La razón es que la oveja va donde está el agua. La oveja no es estática si no que va en busca de pastos frescos y allí, donde la lluvia ha hecho crecer la hierba, engorda y  hace crecer su lana, principal recurso del ganadero. El Fuero de Aragón es de pastores. Y, en el Fuero, en las antiguas leyes aragonesas, encontramos la verdadera naturaleza de la economía ganadera tradicional. Primero fue La Alera Foral Jaquesa. Los pastores salían de Jaca y podían llevar a pastar sus ganados hasta allí donde pudieran llegar con tal que al anochecer estuvieran de nuevo en casa (en Jaca). Con base a este mismo fundamento territorial, Alfonso II de Aragón, concede a los ganaderos de Zaragoza el derecho a pastar en todo el territorio de Aragón (poderosa Casa de Ganaderos de Zaragoza). Como reacción  a este privilegio nacen las dehesas, boalares o bolages. Un tercer paso en la misma dirección es la trashumancia. Del Pirineo (de Andorra a Andorra) al valle para evitar los rigores del invierno y la capa de nieve que oculta los pastos en invierno, sobre todo entre los siglos XVII y XVIII. Y, desde las sierras del Sistema Ibérico a la costa levantina y a la sierra de Jaén.
Cuando volvían los ganados de extremar se procedía a la faena más importante del año: el esquilado.
A medida que se acrecienta la crisis de la ganadería el agricultor siente la necesidad de complementar su renta con la agricultura. Así se desarrolla la actividad agropecuaria. Y, a medida que el ganadero, cada vez, depende más de la agricultura, comienza su preocupación por la lluvia. Trata de aquilatar el tiempo con dichos, refranes, rogativasromerías y esconjuros.
En un momento crítico de esta situación de transición de la economía aragonesa (siglo XIX) nace el Calendario Zaragozano de Mariano Castillo. Un calendario que hace una previsión anual y trata de llevar el sosiego a un agricultor  que está, a merced de la lluvia, el hielo, el pedrisco, el viento y las tormentas. EL AGRICULTOR ESTÁ, SIEMPRE, MIRANDO AL CIELO.
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