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lunes, 13 de abril de 2020

Abril2020/Miscelánea. DOS CUADROS CON CIERTAS CONCOMITANCIAS. (PINTORES: VELÁZQUEZ, VERDUSÁN Y LUIS TRISTÁN)


SAN FRANCISCO JAVIER EVANGELIZADOR Y MISIONERO
Autor: Vicente Verdusán
Título: San Francisco Javier evangelizador y misionero.
Año: 1686-97
Dimensiones sin marco: 98 x 78 cm.
Lugar: Sacristía de Encinacorba. Parroquia de Nuestra Señora del Mar.
Por su calidad merecería mejor ubicación.
Descripción de: Juan Carlos Lozano López ( en su Tesis Doctoral)
"El santo jesuita ha sido representado de medio cuerpo y levemente girado, con la mirada perdida hacia lo alto, sosteniendo un crucifijo con su mano derecha y un ramo de azucenas en la izquierda, que además apoya sobre un libro cerrado colocado sobre una mesa vestida. Lleva la sotana negra de su orden y, sobre ella, un sobrepelliz de cuello de pico y la estola que le identifican como evangelizador ocupación que se concreta con la presencia de la cruz, atributo habitual de los misioneros. En el ángulo superior derecho, un grupo de cabezas de ángeles surgen de un fondo neutro de tonos ocres dorados."

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Jerónima (García) Yáñez de la Fuente
Madre Jerónima de la Asunción
Pintura de Velázquez
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MUSEO DEL PRADO (MADRID)
"La imponente imagen es testimonio de la actividad de Velázquez antes de su paso a Madrid, inmerso en el tenebrismo de raíz caravaggiesca con una fortísima caracterización bajo una cruda luz que subraya todos los accidentes del rostro y las manos, sin perdonar detalle. La energía de la monja queda maravillosamente expresada tanto en el rostro, de mirada intensa y escrutadora, como en el modo de empuñar el crucifijo, fuertemente sostenido, casi como un arma, como tantas veces se ha dicho. El retrato responde al deseo de las monjas de conservar de alguna manera la imagen de la madre ausente, tal como atestigua la existencia de al menos dos ejemplares más del retrato, de calidad semejante.
Velázquez, al retratarla, consigue una imagen rebosante de verdad y a la vez crea un modelo de santidad ejemplarizante. El retrato estaba en el convento, atribuido a Luis Tristán*. Fue descubierto con ocasión de la exposición franciscana de 1926, y, al restaurarlo, apareció la firma y la fecha."
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* Se da la coincidencia que en Encinacorba hay  un cuadro de San Francisco de Asís, que durante un tiempo fue atribuido a Zurbarán, pero que al restaurarlo apareció la firma de Luis Tristán.
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San Francisco, cuadro de Luis Tristán, en la capilla de San Antonio de la iglesia parroquial de Encinacorba.
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