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miércoles, 15 de noviembre de 2017

Noviembre2017/Miscelánea. LA RADICALIZACIÓN POLÍTICA EN ESPAÑA UN PELIGRO APARENTEMENTE CONJURADO.

LA EXTREMA IZQUIERDA Y LA EXTREMA DERECHA EN ESPAÑA
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Desde Prim en 1870, hasta Carrero Blanco en 1973, un total de cinco jefes de Gobierno han sido matados en atentados realizados por anarquistas, republicanos o etarras. Con otros lo intentaron, Maura y Aznar, pero también los tres reyes de España (Alfonso XII, Alfonso XIII y Juan Carlos I) sufrieron atentados.
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Juan Prim (1870)
Cánovas del Castillo (1897)
José Canalejas 1912)
Eduardo Dato (1921)
Carrero Blanco (1973)
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Para tener una idea cabal de lo que sucede hoy en España hay que hacer, siquiera sea someramente, un repaso a lo que ha sido la Historia Contemporánea Española. Dicho periodo comienza con la Guerra de la Independencia en 1808 y se forja con la Constitución de Cádiz (1812), pieza fundamental del ordenamiento constitucional español, hasta la fecha. A pesar de que Fernando VII volvió temporalmente al Antiguo Régimen de la monarquía absoluta o absolutista, los tiempos marcaban ya un rumbo inequívoco. Sin embargo, para España, los tiempos venideros, siglos XIX y siglo XX, iban a ser los más catastróficos de su historia.  Durante estos siglos se produce la pérdida de todas las Colonias del Imperio Español y España pasa progresivamente a ser una nación de segundo o tercer orden en el concierto internacional.
Paralelamente a esta pérdida de las Colonias, España debe hacer un ajunte brutal de su economía y de su sistema productivo. Además de esto, en este periodo hay cuatro guerras civiles, tres Carlista y una Guerra Civil 1936-39, profundamente ideologizada. Popularmente se identificaban como ROJOS Y NACIONALES o, también, Comunistas y Fascistas.
La sensación de no haber tocado fondo la tenemos todavía a flor de piel y se ha puesto de manifiesto con el caso del proceso de independencia de Cataluña.
Adviértase que con Franco y su famosa dictadura, tan débil en el exterior se perdieron: el Protectorado de Marruecos, Ifni, Guinea Ecuatorial, Sahara Occidental y pásmate, cuatro bases militares en el interior de la península  pasaron a ser de “SOBERANIA” americana (EEUU). A tal punto (cesión) tuvo que llegar Franco para romper el cerco económico y poder entra en la ONU.
Tras la transición y los años que llevamos de democracia, España, los españoles, mantenemos una pobre autoestima que nos lleva a ser muy críticos y derrotistas con nosotros mismos. Por esa razón, muchos creían que dada la debilidad del Estado Español la autoproclamada independencia de Cataluña iba a ser coser y cantar. Pero, no es solamente éste, el pensamiento del pueblo, los primeros que manifestaron esta desconfianza con el Estado Español fueron los empresario que en un número de más de 1.500 empresas han trasladado ( en manada) su sede fuera de Cataluña, pensando en lo peor, es decir, quedarse fuera de la Unión Europea y por tanto sin crédito bancario.
Sucede, que cuando un país entra en crisis, suele polarizarse la política. Nacen los partidos de extrema derecha y de extrema izquierda. La verdad es que, si dejamos aparte la dictadura de Franco, paradójicamente la representación parlamentaria de estos grupos ha sido poco significativa. La extrema izquierda ha actuado más desde la marginalidad realizando múltiples atentados terrorista, algunos con éxito. Dos atentados a Alfonso XII y uno muy famoso, el de mateo Morral a Alfonso XIII el día de su boda. Sin embargo 5 (cinco) jefes de Gobierno español mueren en atentado en el periodo de 100 años.
Los tiempos cambian y las políticas también. Actualmente, el fracaso de la independencia catalana da un respiro y una esperanza a poner fin definitivamente a este periodo trágico de nuestra historia, también, a recuperar nuestra autoestima como españoles. Por el contrario, la extrema derecha carece actualmente de una organización definida y muchos individuos de este segmento social desarrollan su actividad violenta entorno al deporte de fútbol. No sucede así con la extrema izquierda marxista que ha alcanzado  los 45 diputados, algo sorprendente en nuestra historia democrática. La ventaja (hoy) de tal deslizamiento hacia la extrema izquierda es que está conjurada, de este modo, la violencia, al aceptan implícitamente el sistema electoral y parlamentario. Estamos en la era del parlamentarismo y eso es positivo.

Por tanto, ante las dudas sobre el futuro de nuestra nación cabe decir que cada vez el ciudadano debe ser más consciente de que su participación en política. Ir o no ir a votar, es el instrumento que mejor puede conducir el rumbo de España hacia el éxito o hacia el fracaso.
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