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viernes, 16 de enero de 2015

Enero2015/Miscelánea. VIAJE DE LOS GACHEROS AL ALTO TURIA Y RINCÓN DE ADEMUZ (MAS DE JACINTO / MAS DE CHAZINTO)

Gachada en Allepuz, marzo del 2014
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EL CID CONVOCA A SUS HUESTES EN MAS DE JACINTO
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Diecisiete caballeros   diecisiete hijosdalgos,
todos buenos luchadores,   todos yantan con remango.
Sin tardanza  y sin sosiego,   el El Cid los ha convocado
para el 28 de enero   según se había acordado.
La noticia del encuentro   sayones van pregonando:
unos corren el Alfambra,  van por Jiloca otros tantos,
por sierras…, por altiplanos…, grandes voces iban dando.
Que allá en el Mas de Jacinto,   ese día y sin descanso
acudan a toda prisa,   a lomos de sus caballos,
 pues las dueñas del lugar   las gachas van preparando.
Todos dejan sus haciendas, todos dejan sus ganados:
a sus mujeres e hijos    los dan por abandonados,
que para llenar la andorga,   sin falta son convocados.
De Tramacastiel los gritos   muy fuertes ya van llegando,
que en aquel castillo habita    buen caballero esforzado.
Fuera el primero en llegar,    Guillermo el Adelantado.
¡Albricias tengas Guillermo!  ¡Albricias mi bien amado!
Si turrón fuera Valencia    ya te la habrías zampado.
Luego llegó Barrachina,   Aurelio y Vicente Amo:
 comen como tres leones  y  eructan, como villanos.
Sin tardar llega un Señor   montando  caballo Blanco
con dos capones al cuello   y con la bota empinando.
Desde un pequeño tozal   el buen Cid está oteando
la llegada de Martínez,  su más esforzado brazo,
por ver si trae "escudero"  los ojos se está frotando,
cuando ya cerca lo tiene   le ve a la grupa un venado.
¡Alegráronse sus ojos   las manos, se está frotado!
La lifara que le espera   cumpliría a cien cristianos.
De todos los caballeros,  de todos que están llegando,
el de más fino yantar   por la puerta está asomando,
la flor de los caballeros,   el dueño de un marquesado,
el que de un solo mordisco  arranca el muslo de un pavo.
Y llegó otro  caballero,  aquel de los ojos claros,
el que al llegar, el buen Cid,   a solas quiso abrazarlo.
¿Qué me traes de Ojos Negros?  ¿Qué me trae el de ojos claros?
Un cuelgo de perdiganas,   una pierna de somarro,
longaniza de Monreal   y este queso bien curado.
Ya se sientan junto al fuego,   del peto se han despojado,
empinan firmes el codo   con el cuchillo afilado.
Esperan con impaciencia   a los que aún no han llegado
Paco, Fabián, Espallargas,   Benjamín el Colorado,
Mío Cid también demanda    por Santiago el Esforzado
y para Lázaro  aparta,   el mejor de los bocados.
De los Berenguer, Ramón,   otra vez se ha escusado,
que es amigo del ayuno    y darle vueltas al tarro
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HACE SU ENTRADA EL SEÑOR DEL ALTIPLANO
En el oscuro silencio    que precede a la tronada
se oyeron tres duros golpes,    rotundos como la plata.
No son golpes de bastón,   ni golpea con la espada:
son los golpes de ese miembro    que le ha dado tanta fama.
Con tan marcial armadura,  ¿quién  viene a darnos la lata?
- se pregunta Mío Cid,   se pregunta la gachada -.
La cosa no es muy difícil    bien se alcanza  adivinarla:
el Señor del Altiplano,  acaba de hacer su entrada.
Sobre el centro de la tabla,   chorreándole las barbas,
arroja sendos perniles    y dos blancos pa tajadas.
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EL CID EXHORTA EN VANO A SUS VASALLOS
Despojose El Cid del yelmo,   a todos miró muy fijo,
y dijo con voz muy tierna    que todos eran sus hijos.
¡Comed, comed, sin medida!  Luego, hablando fue prolijo:
les advirtió de estrecheces  que habrá carencias, les dijo,
y puede que las pensiones  no alcancen ni para un higo.
En ésta ya estaban todos   masticando a dos carrillos,
agarrando con las zarpas   longanizas y chorizos,
escupiendo pal costau   y empinando del buen vino.
Viendo pues, El Mío Cid,   el romance sin sentido
pidió su plato de gachas    y se puso... como el quico. 
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PER ABBAT  DICE:
"El romance os fue leído.
¡Dadnos, pues, vasos de vino!
Si es que no tenéis dineros,
llevad prendas al empeño,
y lo que os den ¡a beberlo!"
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Nuestra Señora del Tricornio en Libros.
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LIBRES
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